Sídney (Australia), 21 oct (EFE).- Australia es el país desarrollado con la peor acción climática, según un informe publicado este jueves, poco antes de la cumbre del clima de la ONU (COP 26) que se celebrará en la ciudad escocesa de Glasgow en noviembre.
El informe "De París a Glasgow: Un mundo en movimiento" del Consejo del Clima, una organización independiente de expertos australianos, evaluó las emisiones de gases de efectos invernadero de los países desarrollados y sus compromisos hacia una transición de los combustibles fósiles a la energía limpia.
El informe apunta que "China se apresura a sacar ventaja de la transición energética mundial e incluso en sus planes de defensa. Mientras tanto, Australia sigue siendo un gigante de los combustibles fósiles, con industrias del carbón y el gas que son considerados entre los mayores impulsores del cambio climático del mundo".
Australia- cuyo gobierno no se ha comprometido hasta ahora a alcanzar las emisiones netas neutras para el 2050 a diferencia de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea- es una de las principales naciones contaminantes del planeta si se tienen en cuenta sus exportaciones de combustibles fósiles.
Bajo una fuerte presión internacional, el primer ministro australiano, Scott Morrison, negocia un compromiso para la neutralidad de emisiones de cara a la COP26 con sus socios del gobierno, el Partido Nacional, que argumentan que una medida de este tipo afectaría a los empleos y la economía del sector rural y minero.
Aún así, el autor principal del estudio y jefe de investigación del Consejo del Clima, Simon Bradshaw, señaló que aunque Australia se comprometa a alcanzar las emisiones neutras para el 2050, aún seguiría a la zaga, a menos de que se asegure de reducir más sus emisiones en esta década.
"Este es un momento decisivo en la respuesta mundial al cambio climático, y Australia sigue siendo el villano, y un país atípico en la comunidad internacional", dijo Bradshaw en un comunicado del Consejo del Clima.
El compromiso de Australia actualmente es reducir en 26-28 por ciento sus emisiones contaminantes para el 2030, en relación a los niveles del 2005, una meta que palidece frente a los de Reino Unido, que promete reducirlas un 68 por ciento, Estados Unidos (50-52 %) o la Unión Europea (55 %).
El informe recomienda que Australia reduzca sus emisiones contaminantes en un 75 por ciento para esa fecha y que el país oceánico alcance las emisiones netas neutras para el 2035.
El Consejo del Clima también recomendó que Australia deje de financiar los proyectos de carbón, gas y petróleo, y aumentar las ayudas para apoyar las acciones climáticas de los países en desarrollo.
"Australia es un gran emisor por derecho propio y uno de los mayores exportadores de combustibles fósiles del mundo. Si reduce sus emisiones nacionales y aprovecha sus ventajas naturales en materia de energías renovables para apoyar la transición energética mundial, Australia puede desempeñar un papel importante en la respuesta mundial a la crisis climática", apuntó el Consejo del Clima.