Cuando se habla de trajes folclóricos panameños siempre llama la atención ese copado grupo de accesorios en la cabeza que acompaña La Pollera.
Son diseños creados con diminutas perlas, canutillos, chaquiras y cristales de Swarovski, todos confeccionados por las manos de artesanas que se inspiran en la flora y la fauna de la región.
Tradicionalmente se hacían con escamas de pescado, secadas al sol, recortadas en forma de hojas y pétalos y luego pintadas en remojo de papel crespón.
Al juego completo se le llama “cabeza de tembleques” y valen desde $150 hasta sobrepasar los $1 500, todo dependiendo de los materiales usados. ¡Entre más sencillos más económicos; entre más cristales, más valen!
En la “Bajada de Salsipuedes”, al final de la Avenida Central, cerca del Parque de Santa Ana, en los pequeños puestos artesanales todavía se encuentran juegos muy bonitos entre $150 y $250 dólares que incluyen tapamoños, tapaorejas, el par de “pavitos” o penquitas, mariposas, flores, los diminutos jazmines, rellenos y hasta un par de alacranes.
Pero si ya piensa en algo más elaborado y lujoso, entonces debe visitar Las Tablas, donde el arte de los tembleques cuesta por lo que brilla.
Los puede elegir del clásico color blanco para la pollera de gala (de lujo) o pedirlos de colores para la montuna santeña que se usa con trenzas o sombrero.
Fotografía: (La Mega Nota/Ángel Lombert)