Roma, 28 oct (EFE).- Con las primeras luces del día, antes de la invasión de turistas, un joven recolecta las aceitunas de un olivo frente al Coliseo. De ellas se extraerá luego un aceite como el que degustaban los antiguos emperadores y que ahora, dos milenios después, representa el giro "verde" y sostenible del Foro Romano.
Los Foros, con sus más de cuarenta hectáreas de extensión en torno a la colina del Palatino, son el corazón arqueológico de la ciudad, pero también un área de frondosa vegetación que a su vez sirve de hábitat de lujo para pequeños mamíferos, insectos, reptiles o aves.
Con el objetivo de aprovechar al máximo ese excepcional ecosistema se ha lanzado recientemente el proyecto "Parco Green", que mediante varias iniciativas busca fomentar la economía sostenible, proteger la biodiversidad del lugar y reducir la contaminación.
"Se trata de un programa intenso dirigido a la sostenibilidad pero también a la promoción de una serie de valores éticos inherentes al lugar en que nos encontramos, que debemos proteger por ser único", explica a Efe la directora del Parque del Coliseo, Alfonsina Russo.
EL ACEITE DEL PALATINO
Este yacimiento, repleto de los vestigios de la que un día fue capital del Imperio, cuenta con alrededor de doscientos olivos cuyas aceitunas hasta hace poco se pudrían en el suelo e incluso suponían un peligro para el turista, que podría resbalar con ellas.
¿La solución? Empezar a recolectarlas. A eso se dedica un hombre que de madrugada, antes de la apertura, varea sumido en un silencio sepulcral las ramas de uno de los olivos junto al gran arco de Tito, que conmemora su triunfo en la guerra de Judea en el siglo I.
Después se elaborará un aceite biológico con certificado de alta calidad, unos 500 litros anuales, gracias a la asistencia técnica de la asociación Coldiretti pero que el parque arqueológico no vende, sino que regala a sus huéspedes más insignes, sostiene la directora.
Paralelamente, la producción de este oro líquido implica un mayor cuidado de los árboles frutales, podados ahora con esmero, y además el Parque ha decidido ofrecer clases de jardinería o de degustación del aceite a los visitantes en este "laboratorio al aire libre".
LA AMBROSÍA DEL PALATINO
Otro de los productos elaborados en el marco de este proyecto por la sostenibilidad es la miel, gracias a dos colmenas de las que cada año salen unos trescientos tarros. Antes eran cuatro pero se redujeron a la mitad a causa de una plaga de avispones, explica la responsable paisajista, Gabriella Strano.
"El resultado es una miel que sabe a mirto y flores y que ha absorbido la historia de estos lugares", asevera por su parte Russo.
Este era un bien preciado en la antigüedad, empleado con fines medicinales, cosméticos o para conservar el vino, que se avinagraba rápidamente, y por esa razón se la concedió un valor simbólico y hasta divino. Era la ambrosía que nutría a los dioses eternos.
Pero la apicultura, en los tiempos que corren, es también un arma ecológica debido a que las siempre laboriosas abejas son esenciales para la polinización y la protección de la vegetación, pero también sirven como excelentes monitores de la contaminación.
Las colmenas están desplegadas en el lugar más antiguo del Foro, a la sombra de unas cabañas de piedra donde se cree que vivió el fundador y primer rey, Rómulo, cerca del meandro del Tíber en el que la loba le encontró con su hermano Remo, según dicta la leyenda.
Este paraje, coronado por las ruinas del Templo de Magna Mater e importantísimo para los arqueólogos por ser el origen mismo de la ciudad antigua, otorga además la calma y el silencio necesarios para la vida de estos insectos, por estar lejos del bullicio del turismo.
Pero también les ofrece el agua del cercano río (las abejas vuelan en un radio de 5 kilómetros del panal) y un entorno natural óptimo.
UN VIÑEDO ANTE EL COLISEO
Por otro lado los Foros Romanos cuentan con un viñedo autóctono de "uva pantástica", descrita por Plinio el Viejo en su tratado "Naturalis historia" (77 d.C), y que ha sido labrado en un promontorio que en el siglo XVII pertenecía a los nobles Barberini.
Los romanos, como es sabido, fueron excelentes enólogos y emular en este lugar su pasión por el "vinum" ha hecho que en todo el área florezcan numerosas plantas frutales como la higuera sagrada.
Las vides, recientes, aún no conocen la vendimia y la directora del yacimiento avanza que las primeras botellas llegarán en 2023.
Por otro lado, el Foro se ha dotado de otros muchos proyectos en favor del medioambiente, como una "barrera antismog" compuesta por arbustos capaces de absorber las partículas contaminantes que pululan por el aire de la caótica y concurrida capital italiana.
Y la sostenibilidad también ha llegado a la restauración de los elementos del Foro, con tecnologías y materiales ecológicos que ya dan lustre a edificios como la basílica Emilia, construida en el 179 a.C, o el arco del triunfo del emperador Septimio Severo.
Gonzalo Sánchez y Toni Conde