Puerto Príncipe, 31 oct (EFE).- Cientos de conductores se agolpaban este domingo en las pocas gasolineras de Puerto Príncipe que han recibido carburante, con la esperanza de repostar después de semanas de desabastecimiento.
En una gasolinera en la zona de Carrefour de l'Aéroport, una de las pocas de la capital a las que han llegado los camiones de suministro, la gente aguarda desde la pasada noche, formando una larguísima fila de vehículos carretera arriba.
La fila se formó a pesar de que la venta de combustible no había comenzado aún, por el temor de los responsables de que, al retirar los protectores de los surtidores, se produjera una situación violenta a pesar de la presencia de policías.
Frémond Dumond, un estudiante de universitario que llevaba desde las 4.00 de la madrugada en la bomba, señaló a Efe que, tras varias semanas de escasez, "no hay muchos surtidores de gasolina que suministren combustible. Tal vez sean dos o tres, incluida ésta".
"Esto pone en riesgo la bomba de gasolina. Se puede incendiar y la gente puede morir. Esto hace que los surtidores sean reacios a suministrar combustible", dijo en referencia a la marea humana y de vehículos que se formó en el lugar.
Antes de suministrar el producto a esos pocos establecimientos, se destinó carburante a diversos hospitales que estaban en situación crítica, al no contar con el diésel que precisan para alimentar los generadores de electricidad.
De hecho, 50 centros sanitarios del país tuvieron que suspender sus servicios por esta circunstancia, fruto del bloqueo del transporte de derivados del petróleo por parte de bandas armadas.
Antes de hacerse presente en las gasolineras, la Policía Nacional realizó en los últimos días labores de escolta a los camiones cisterna para garantizar su seguridad en los trayectos.
La falta de combustible han generado aún más caos en el país, que vive una importante crisis de violencia, recrudecida tras una breve tregua concedida por los grupos armados luego del asesinato del presidente Jovenel Moise, el pasado 7 de julio y después del terremoto que azotó el sur de Haití el 14 de agosto pasado.