En esta temporada de verano, el calor motiva a disfrutar una rebanada de sandía recién cortada, pedazos congelados o un rico licuado colmado de hielo y algunas hojas de menta. Esta deliciosa fruta de color rojo –y a veces amarillo– tiene propiedades diuréticas, está llena de fibra natural y es un poderoso antioxidante.
Además de hidratar y ser muy nutritiva porque contiene vitamina C, B6 y potasio, es perfecta para las personas que mantienen un estilo de alimentación bajo en colesterol, sodio o carbohidratos, pues en una taza hay solo 46 calorías y 12 gramos de carbohidratos.
Como abunda durante la época, es fácil comprarla y refrigerar para comerla después, o tenerla al alcance antes de preparar jugos, batidos, postres u otras recetas.
De acuerdo con referencias de la Clínica Mayo, la sandía tiene más licopeno que cualquier fruta o verdura fresca. Este es un antioxidante relacionado con la disminución del riesgo de cáncer, enfermedades cardíacas y trastornos oculares relacionados con la edad.
“La vitamina A es importante para la salud de la piel y los ojos, mientras que la B6 ayuda a su cuerpo a descomponer las proteínas que come y también es fundamental para el sistema inmunológico y la función nerviosa. La vitamina C fortalece el sistema inmunológico, apoya en la absorción del hierro, y el potasio es útil para la función nerviosa, así como para reducir la presión arterial”, asegura la dietista y nutricionista registrada Kristy Wempen, en la publicación de la Clínica Mayo.
Para variar las formas de consumirla, ella recomienda que se puede agregar a las ensaladas, colocar en el asador por unos dos minutos en ambos lados y hasta combinarla con los vegetales salteados.
Y parece que no solo la fibra roja de la sandía posee beneficios, ya que la parte blanca que se encuentra en la cáscara también.
“La L-citrulina, una sustancia natural en la sandía –particularmente en la parte blanca de la cáscara– mejora la función arterial y reduce la presión al ayudar a que los vasos sanguíneos se relajen, lo que abre la circulación. Una investigación ha demostrado que la L-citrulina puede mejorar la oxigenación muscular y el rendimiento atlético durante el ejercicio de resistencia”, explica la dietista Cyntia Sass, en un artículo de la revista Health, publicado en mayo de 2020.
Sass, quien cuenta con una maestría en ciencias de la nutrición y salud pública, reflexiona acerca de un estudio sobre el manejo del peso saludable liderado por San Diego State University en 2019.
“Los investigadores encontraron que la sandía promovía una mayor saciedad que las galletas y [esta] duraba hasta 90 minutos después de comer. Además, quienes consumieron sandía perdieron peso, redujeron las medidas de cintura-cadera, los niveles de presión arterial y mejoraron su estado de antioxidantes y lípidos en la sangre”, describe Sass en su nota, definiendo la “saciedad” como la sensación de tener menos hambre, mayor plenitud y controlar el deseo de comer.
La especialista en dietas y nutrición destacó también que esta exquisita fruta de verano sirve para fortalecer la función digestiva y permite conservar una piel saludable.
Entre otros beneficios –según WebMD– se explica que el pigmento natural de la sandía, llamado beta-criptoxantina, “puede proteger las articulaciones de la inflamación, haciendo menos probable que se contraiga artritis reumatoide”.