Con la intención de prevenir lo peor del cambio climático, el presidente Joe Biden firmó el miércoles diversos decretos para dejar de usar combustibles fósiles y desarrollar una economía de combustión limpia, deteniendo las concesiones para la explotación de petróleo y gas en tierras federales y eliminando los subsidios a esas industrias.
Las directrices pretenden que 30% de las tierras y aguas del país sean zonas de conservación en los próximos 10 años, duplicar la generación eólica (es decir la energía que se genera por el movimiento del aire) en las costas de la nación y contar con una flotilla de vehículos federales totalmente eléctricos, entre otros cambios. El plan de Biden está dirigido a prevenir lo peor del calentamiento global causado por la quema de combustibles fósiles.
Biden ha fijado el objetivo de eliminar la contaminación provocada por los combustibles fósiles en el sector eléctrico para 2035, y de la economía estadounidense en general para 2050, acelerando lo que ya es un crecimiento de la energía solar y eólica impulsado por el mercado y reduciendo la dependencia del país en el petróleo y el gas.
Biden reconoció el riesgo político y mencionó varias veces que su enfoque crearía empleos en el sector de energía renovable y en el automotriz para compensar cualquier pérdida en el sector petrolero, de carbón y de gas natural.