Washington, 25 feb (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, propondrá este viernes a Ketanji Brown Jackson, jueza de la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia, como nominada para ocupar la vacante del Tribunal Supremo del país, cumpliendo así con su promesa de elegir para este puesto a una afroamericana.
Varios medios estadounidenses informaron este viernes que Ketanji Brown Jackson es finalmente la elegida por Biden frente a otras candidatas como J.Michelle Childs o Leondra Kruger, las otras dos mejor posicionadas para el puesto.
De ser confirmada, será la primera mujer negra en ocupar una de las nueve sillas de la más alta instancia judicial estadounidense.
Tras graduarse cum laude en la Universidad de Harvard, Jackson desarrolló una carrera variada -incluso fue asistente de Breyer- y desde el año pasado es jueza en la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia, considerado el segundo tribunal más importante del país y una plataforma para ascender al Supremo.
Los dos años que pasó como abogada de oficio para personas con pocos recursos la convertirían, si llega al Supremo, en la primera jueza de la corte con ese tipo de experiencia desde hace más de tres décadas.
Jackson es la favorita del ala progresista de los demócratas y este miércoles recibió el apoyo del abogado Ben Crump, que ha representado a las familias de una decena de víctimas de la brutalidad policial y el racismo, incluidos George Floyd y Breonna Taylor.
Ese respaldo se debe en parte a las decisiones que tomó Jackson durante su etapa como jueza de una corte federal de Washington: en 2018, por ejemplo, invalidó un plan del entonces presidente, Donald Trump, para facilitar el despido de los trabajadores del sector público.
En otra ocasión, sin embargo, permitió que Trump esquivara normas medioambientales para construir el muro con México, al opinar que una demanda sobre el tema estaba fuera de su jurisdicción.
Además, Jackson trabajó en la Comisión de Sentencias de EE.UU. para reducir las penas de la mayoría de delitos federales de narcotráfico. Es un asunto que conoce de primera mano: su tío fue condenado a cadena perpetua por un crimen no violento de drogas, aunque fue liberado en 2017 y murió poco después.
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