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Bolivia vota con mascarillas para evitar rebrote

por EFE (editor@lamegamedia.com)


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LA PAZ, Bolivia — Con el voto en la mano y la mascarilla en la cara, así volvieron un año después a las urnas los bolivianos, dispuestos a evitar dos rebrotes: el del COVID-19, que se ha ensañado con Bolivia en los meses anteriores, y el de la violencia, que se extendió ferozmente durante la crisis del año pasado.

Pese a que el nuevo coronavirus todavía sigue latente en el territorio boliviano, sus ciudadanos, los primeros de Sudamérica en celebrar unas elecciones nacionales en tiempos de pandemia, acudieron fieles a su cita con el voto, aplazada desde mayo por culpa de la emergencia sanitaria.

Aunque el sufragio es obligatorio en Bolivia, el temor a que se prolongue aún más la incertidumbre y crispación nacional causada por la ausencia de un gobierno electo democráticamente pesó más que el miedo a caer contagiados del virus, que en Bolivia presenta la tercera tasa más alta de mortalidad en el mundo, con 72 muertos por cada 100,000 habitantes, según algunos estudios.

Estos comicios son históricos, no solo por la pandemia, sino también por ser los primeros en 18 años en Bolivia que no tienen como candidato a presidente a Evo Morales, que está en Argentina tras la crisis de ahora hace un año.

En ellos se repite la votación anulada el año pasado, que causó una de las crisis más convulsas de la historia reciente de Bolivia, con la huida de Morales, quien había sido elegido para un cuarto mandato consecutivo en medio de denuncias de fraude electoral de sus detractores y acusaciones por el entonces presidente de un golpe de Estado.

Ya ha pasado un año de eso, pero los bolivianos lo recordaban como si hubiese sucedido ayer, sobre todo por el conato que se vivió en agosto, cuando simpatizantes del Movimiento al Socialismo (MAS) volvieron a salir a las calles para que no se postergasen más la repetición de estos comicios.

Las elecciones estaban previstas primero en mayo y luego en septiembre, por lo que desde el MAS se acusaba al Gobierno interino de Jeanine Áñez de intentar prorrogarse con la excusa de la pandemia.

A la entrada al centro de votación los electores eran rociados con líquido desinfectante y antes de presentar los documentos a la mesa correspondiente un funcionario ofrecía alcohol en gel para desinfectar las manos.

No había tanta rigurosidad a las afueras de los colegios, donde desde muy temprano se dieron largas filas que no siempre guardaban la distancia de seguridad recomendaba de 1,5 metros, ya que además alrededor de estos centros se instalaron mercados y puestos de comida callejera.

La incertidumbre sobre el futuro político de Bolivia se mantendrá todavía varios días, pues el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ya ha anunciado que no ofrecerá resultados preliminares para evitar que, sin un escrutinio definitivo, salte la chispa que haga rebrotar de nuevo la llama de la violencia.



 

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