Con tan solo un sencillo análisis de sangre, una madre que espera con amor el nacimiento de su hijo puede ahora obtener información crucial sobre la posibilidad de que su pequeño tenga el síndrome de Down. Esta noticia, aunque cargada de esperanza, puede también generar confusión y preocupación para numerosas familias.
Marina Viña, quien ha dedicado más de dos décadas de su vida como voluntaria en la Asociación de Síndrome de Down de Cincinnati (DSAGC, por sus siglas en inglés), conoce esta montaña rusa emocional en primera persona.
Ella vivió el impacto de esta noticia al llegar a una ciudad completamente nueva, acompañada por su hijita de apenas un año, quien llevaba consigo el regalo especial del cromosoma extra.
En aquel entonces, Marina buscó con determinación el apoyo que necesitaba, y afortunadamente en su camino se cruzó con la organización que hoy lidera. DSAGC le brindó esa luz que iluminó su camino. Sin embargo, tenía una inquietud: notó la carencia de recursos en español.
Hablando ambos idiomas, Marina se postuló como voluntaria con un propósito claro: acercar la ayuda a las familias hispanohablantes y compartir con ellas el alivio que ella una vez buscó.
La asociación no solo camina junto al niño o adolescente que vive con síndrome de Down, sino que también va de la mano de sus padres. Ofrecen servicios de manera gratuita, brindando su compañía desde el momento mismo del diagnóstico prenatal hasta que el individuo es adulto.
A través de cada etapa de crecimiento, ellos facilitan orientación y programas de apoyo emocional, conectando familias, compartiendo conocimientos en talleres informativos, así como espacios terapéuticos, recreativos, educativos y sociales.
Desde la estimulación temprana hasta la terapia musical, consultas médicas, tutorías y más, la gama de oportunidades es amplia. Su enfoque se adapta a los diferentes momentos de la vida: preescolar, escolar (de 6 a 17 años) y adultos (18 en adelante).
La mitad del sustento financiero de esta asociación proviene de un evento anual muy especial: la Caminata Buddy Walk que tiene un doble propósito.
En primer lugar, crear conciencia sobre el síndrome de Down, derribar barreras invisibles y acercarse a aquellos que quizás no conozcan su complejidad. En segundo, pero no menos importante, se trata de recaudar fondos para mantener sus programas.
Buddy Walk es una de las más impresionantes caminatas de su tipo en todo Estados Unidos.
El sábado 9 de septiembre, a las 10 de la mañana, el parque Sawyer Point (705 E Pete Rose Way, Cincinnati, OH 45202) se llenará de solidaridad a lo largo del recorrido.
Familias enteras disfrutarán de actividades recreativas como la alegría de acercarse a los animales del zoológico, el ritmo de la música, las risas en las caritas pintadas y más. Se espera la participación de más de 13 000 individuos, cada uno de ellos portando con orgullo la camiseta de la asociación.
Si usted desea ser parte de esta causa hermosa, la inscripción está abierta en www.dsagc.com.
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*En las fotos, el niño Isaac Garay junto a su familia y Natalia García junto a su madre Marina Viña. (Cortesía/DSAGC)