Oviedo (España), 22 oct (EFE).- El escritor francés Emmanuel Carrére sigue huyendo de las etiquetas para definir una obra como la suya que borra las fronteras entre realidad y ficción y en la que, en ocasiones, se sitúa como protagonista. "Son relatos, un poco de todo", asegura a la vez que celebra haber evitado hasta ahora la autocensura, aunque vea más cercano el riesgo de tener que hacerlo.
Horas antes de recibir del rey de España Felipe VI el Premio Princesa de Asturias de las Letras, Carrère ha ofrecido una rueda de prensa en la que, tras agradecer el "inmenso honor" que le supone el galardón, ha repasado una trayectoria que es crónica del tiempo y de sus propias experiencias y centrada ahora en la cobertura del juicio contra los autores de los atentados islamistas de 2015 en París.
Ese seguimiento a un proceso judicial que se prolongará durante un año se refleja en las crónicas semanales que publica en Le Nouvel Observateur y "probablemente" se convierta en libro volviendo así al origen de su éxito de crítica y ventas que arrancó con "El adversario", la crónica de la vida y el pensamiento de Jean-Claude Romand, el hombre que asesinó a su esposa, sus hijos y sus padres.
En ese caso, ha recordado, lo que se planteaba detrás de esa "tremenda" historia eran las relaciones humanas y psicológicas entre personas que tenían un vínculo "fuerte e íntimo", algo que está "en las antípodas" de lo ocurrido en la sala Bataclan dado que entre asesinos y asesinados "no había ningún vínculo, no se conocían y las víctimas fueron asesinadas de manera arbitraria".
"Esa es casi la denominación del terrorismo y lo que es aterrador es el hecho de que uno no se puede hurtar a ello", ha apuntado Carrère tras incidir en que "no hay ninguna razón, por pequeña que sea, que pueda explicar el crimen" cometido por un grupo de hombres "que no son figuras, que no están realmente a la altura del mal" por lo que cabe preguntarse por la banalidad de este.
Un juicio como el que ahora está cubriendo constituye "una dramaturgia muy fuerte" y su seguimiento, pese a su larga duración, se convierte "incluso en adictivo", ha indicado.
El autor de "El Reino" ha advertido además de que su obra se compone de "relatos" que prefiere no etiquetar y que son "un poco de todo: novela ficción, no ficción, nuevo periodismo o autoficción" y en los que, por el momento, no ha caído en la autocensura, "pero cuanto más tiempo pasa, mayor es el riesgo de tener que hacerlo".
Tras señalar que "muchos juicios expresados por grandes escritores hoy en día se condenarían", Carrère ha admitido que en su última publicación, la autobiográfica "Yoga", aparecían aspectos en los que "a lo mejor debería haber sido más prudente" después de verse obligado a retirar algunos extractos al no obtener el consentimiento de su mujer para salir mencionada.
El contrato que entonces firmó con su exesposa "seguramente" no lo publicará nunca dado que prefiere "pasar página" de ese proceso, ha asegurado un Carrère, que finalmente no podrá presentar mañana en la Fábrica de Armas de Oviedo como tenía previsto su última incursión en el cine, la película "En un muelle de Normandía" ("Le Quai de Ouistreham" 2021), una historia de paro y exclusión social que dirigió y guionizó a partir de una novela de la periodista francesa Florence Aubenas.
El autor, que asegura sentirse indignado "como cualquier ciudadano" con la desdicha relacionada con la desigualdad y la miseria económica o política, ha asegurado sentirse tan cómodo trabajando con los personajes que desarrolla en su obra literaria como los actores en el ámbito del cine como , incluso, como en el caso de su última cinta, cuando una parte de estos no son profesionales.
"Los personajes de un libro obedecen sin rechistar, pero en el tipo de libro que yo escribo no suelen salir de la imaginación y, por tanto, surgen cuestiones bastante parecidas a cuando se dirige a actores", ha indicado el segundo escritor en lengua francesa galardonado con el Princesa de Asturias de las Letras tras la autora de novela negra Fréderique Audoin-Rouzeau (Fred Vargas).