Puerto Príncipe, 29 oct (EFE).- El combustible comenzó a llegar este viernes a los hospitales de Haití, donde en la última semana medio centenar de centros sanitarios tuvieron que suspender sus servicios al haber agotado sus reservas.
Dos camiones aprovisionaron de 2.000 galones de diésel al Hospital de la Universidad Estatal de Haití (HUEH), la misma cantidad que han recibido otros establecimientos sanitarios de la capital, como el Hospital La Paix o el Centro de Ambulancias, según indicó a Efe Unicef.
El primer ministro haitiano, Ariel Henry, anunció en la madrugada del viernes que se retomaría la distribución de combustible, con el apoyo de la Policía, para evitar los bloqueos que han impuesto en las últimas semanas las bandas armadas que operan en la capital.
La mayoría de los establecimientos comerciales, instituciones públicas y hospitales de Haití obtienen la electricidad de generadores dependientes del combustible.
La falta de suministro ha llegado a causar la muerte de algunos pacientes en el HUEH, según señaló a Efe la directora del centro, Jessy Colimon Adrien.
"Hemos tenido pacientes que llegaron en inminente peligro de muerte y, lamentablemente, no sobrevivieron", indicó la doctora del centro, sin precisar la cifra de fallecidos.
El desabastecimiento también causó dificultades al personal sanitario para llegar a su puesto de trabajo, lo que provocó "el mal funcionamiento de algunos servicios" y obligó al centro a comprar diésel en el mercado negro, a un precio elevado, para asegurar las intervenciones en quirófano y la diálisis.
En las últimas semanas, los camioneros que suministran carburante han sido objeto de ataques perpetrados por bandas armadas, que también bloquearon el acceso a los depósitos de carburante en el puerto de la capital.
Las patronales del país criticaron este viernes la "aparente pasividad de las autoridades" frente a la prolongada situación de inseguridad en una misiva dirigida al primer ministro, Ariel Henry.
"Cayeron las redes de comunicaciones, también abastecidas por generadores dependientes del combustible. Los sectores de industria, servicios, pequeñas, medianas y grandes empresas, generadores de los pocos empleos que aún quedan, también se encuentran muy amenazados", lo que acarreará "graves consecuencias para lo que queda de la economía", señala la carta.