Los planes de retorno progresivo a las actividades estudiantiles no conservan una estructura fija. Estos cambian y evolucionan cada semana conforme al aumento en casos de COVID-19.
Esta incertidumbre aplica tanto al sistema escolar primario-secundario, como al superior.
En Ohio
El gobernador Mike DeWine dejó a las autoridades escolares que decidan por sí mismas la fecha de retorno.
Las escuelas también serían responsables por sugerir e implementar los protocolos de protección y distanciamiento.
Hace menos de un mes, DeWine había prácticamente asegurado que los estudiantes regresarían físicamente pronto a las aulas. Sin embargo, todo cambió en cuestión de días con el dramático aumento de infectados y la ordenanza a nivel de 19 condados haciendo obligatorio el uso de mascarillas en espacios públicos.
Todo podría aún cambiar más con la latente posibilidad de implementar una cuarentena obligatoria en casa.
El futuro entonces, como se ve, es incierto.
Universidades
Por ahora, varios institutos han cancelado sus actividades deportivas de verano y otoño.
Oberlin College decidió que no está en la capacidad de garantizar la seguridad de sus estudiantes ni de su personal y suspendió las competencias de hockey, fútbol y vóleibol, entre otros.
Lo mismo ocurre con la universidad Case Western Reserve.
Sus competencias de verano fueron canceladas, y sólo contempla mantener parcialmente activos a sus atletas mayores.
Otro caso que ha preocupado a la comunidad, también en predios académicos, es el de la Universidad de Akron.
El centro educativo informó que una persona allegada a sus instalaciones dio positivo al virus. Las autoridades no han revelado su nombre, ni tampoco si se trata de un estudiante, profesor o empleado administrativo. Solo confirmaron que mantenía contacto directo con la universidad.
Ha trascendido que de instalarse el “nivel 4” (también conocido como “estado púrpura”, dentro de la denominación de riesgo para Ohio), las clases tendrían que retornar a su situación remota; es decir, en línea.
Opciones
Otra alternativa, (tal vez menos plausible) es reducir los días y horarios, así como la cantidad de alumnos, a quienes se dividirían en grupos entre los días de la semana.
Otro elemento que dificulta el retorno escolar es la obligatoriedad de las mascarillas en, “espacios públicos”.
Un aula de clases, ¿caería dentro de esta categoría?
La edad de los estudiantes también es un dilema para analizar, ya que se ha podido constatar que mientras más joven es el alumno, más difícil se hace el uso continuo de las mascarillas de protección en todo momento.
En Pensilvania
El sistema educativo de Pensilvania no es ajeno a las preocupaciones. Sin embargo, las autoridades del distrito escolar de Pittsburgh mantienen la fecha tentativa de inicio de clases: lunes 26 de agosto.
Esto aplica para todos sus estudiantes, con excepción de kínder y los grados 10 y 11, que tentativamente empezarán el día 27, mientras que los más pequeños, el 29.
Otros estados
Los dos distritos escolares más grandes de California, Los Ángeles y San Diego, anunciaron que la instrucción será estrictamente remota durante el semestre de otoño, citando preocupación porque las crecientes infecciones en sus áreas representan un riesgo demasiado grave para estudiantes y maestros.
Ambos distritos cuentan con una matrícula total de 825,000 alumnos, hasta ahora los más grandes en abandonar planes para un retorno físico a las aulas en agosto.
El eje de la incertidumbre yace en el hecho de que nadie sabe a ciencia cierta si los niños pueden regresar al aula seguros y sin correr serios riesgos de propagar el coronavirus.
¿Cuántos padres permitirían que sus hijos asistan al colegio en medio de un rebrote, con hospitales que agotan su capacidad?
El 13 de julio de 2020, el gobernador de California anunció una orden que obliga el cierre de clubes nocturnos, bares y establecimientos donde se sirve comida en interiores.
Más de un tercio de los casos de coronavirus del estado se ubican en el condado de Los Ángeles.