Tristemente, el suicidio es hoy día la segunda causa principal de fallecimientos entre adolescentes y adultos jóvenes de 12 a 24 años, superada solo por las muertes de forma accidental.
También en este grupo social, por cada suicidio hay de 100 a 200 intentos de suicidio, de acuerdo con datos recopilados por la Prevention Action Alliance, una organización sin fines de lucro que ayuda a prevenir el abuso de sustancias, promoviendo el bienestar familiar y la buena salud mental.
Según la organización, el suicidio en la adolescencia es un tema de vital importancia, el cual debe discutirse abierta y regularmente con nuestra juventud.
La desafortunada realidad es que los expertos no han logrado establecer con exactitud una razón directa que puedan señalar como detonante para el aumento en las tasas de suicidio entre jóvenes.
Existen investigaciones que analizan el vínculo entre las redes sociales y el suicidio, al igual que del acoso y el suicidio.
Sabemos que jóvenes, quienes pasan tiempo excesivo en las redes sociales, reportan niveles más altos de depresión, pero incluso a ese nivel, es solo un vínculo.
Los jóvenes en la modernidad enfrentan mucha presión psicológica, como son las preocupaciones respecto a las expectativas de que tengan éxito académico o en actividades extracurriculares.
Estos factores contribuyen negativamente al nivel de tensión, y muchos no están aprendiendo a manejar el estrés presente en sus vidas de una forma saludable.
También hay algunas teorías sobre si hay una perspectiva distinta sobre el suicidio en nuestra juventud que no existía antes, como si fuera una opción o alternativa modernamente aceptable.
La Ohio Suicide Prevention Foundation ha analizado la experiencia de abuso infantil, el no tener un modelo positivo a seguir en la vida o padres presentes, y han examinado específicamente las condiciones de salud mental no diagnosticadas y no tratadas.
Haciendo referencia a las estadísticas encontradas, el 90% de las personas que fallecen por suicidio tenían algún tipo de condición de salud mental al momento de la muerte, a veces diagnosticado, pero en muchos casos no.
Algunos factores de riesgo importantes incluyen intentos de suicidio previo, abuso de sustancias, trastornos en el estado de ánimo y acceso a armas letales
Es importante considerar que los factores de riesgo no siempre son señales de advertencia.
Un joven puede tener varios factores de riesgo y no experimentar depresión o pensamientos suicidas.
De igual forma, la mayoría de las personas que tienen una condición de salud mental –siempre y cuando– sean tratadas adecuadamente, pueden eficazmente continuar disfrutando de la vida.
Al hablar con su hijo sobre el suicidio, esto no le traerá la idea a la mente.
La investigación demuestra lo contrario, y si su hijo/a está presentando síntomas o señales de alerta, la Prevention Action Alliance sugiere preguntarle directamente: “¿Estás pensando en quitarte la vida?”.
Este acercamiento puede aliviar la ansiedad del niño y, para ellos, se siente bien saber que alguien se preocupa lo suficiente como para hacer la pregunta.
De esta forma, se abre la conversación para la intervención y brinda la oportunidad a la opción para buscar recursos de salud mental.
Para Fran Gerbig, directora ejecutiva de Prevention Action Alliance, la buena higiene mental es para todos y es muy importante romper con los estigmas que rodean la salud mental, e invita a la comunidad hispana a que no duden en contactarles para obtener ayuda.
La organización presta sus servicios independientemente de su estado migratorio.
Para información detallada y de forma confidencial, llame al (614) 540-9985, visíteles personalmente (6171 Huntley Rd., Suite G, Columbus) o en su portal electrónico: www.preventionactionalliance.org.
También puede encontrarles en las redes sociales Facebook, Twitter, Instagram y Youtube.
