El Cirujano General de Estados Unidos, Dr. Vivek Murthy, ha emitido una declaración sin precedentes al declarar la violencia armada como una crisis de salud pública. Este paso se produce en respuesta a un alarmante aumento en las muertes relacionadas con armas de fuego, que alcanzaron casi 50,000 en 2022, convirtiéndola en una de las principales causas de muerte entre niños y adolescentes en el país. La medida llega tras el trágico tiroteo que cobró la vida de Jackie Jackson III, de 16 años, durante el fin de semana, destacando la urgencia de la situación.
El Dr. Murthy enfatizó la necesidad de acciones inmediatas, incluyendo la implementación de leyes más estrictas sobre armas. Entre las propuestas se encuentran requisitos para el almacenamiento seguro de armas, la prohibición de armas de asalto y la implementación de verificaciones universales de antecedentes. Estas medidas, según Murthy, no solo pueden salvar vidas, sino que también tienen el potencial de mitigar las profundas consecuencias que la violencia armada tiene en los sobrevivientes, las comunidades y la salud mental en general.
Los defensores comunitarios han respaldado firmemente la declaración de Murthy, subrayando la urgencia de abordar el problema en Cincinnati, donde desde enero hasta junio se han registrado 130 víctimas de disparos. Aunque la cifra es ligeramente inferior al mismo período del año anterior, el número de víctimas fatales ha aumentado, destacando áreas como Avondale, Roselawn y Over-the-Rhine como las más afectadas. El Cincinnati Children's Hospital también ha respondido activamente, estableciendo un grupo de trabajo para abordar el impacto traumático y comunitario de la violencia armada.
El llamado del Dr. Murthy a considerar la violencia armada como una emergencia de salud pública refleja un enfoque integral y coordinado, destinado a generar un impacto duradero y revertir las tendencias alarmantes que afectan a las comunidades en todo el país.
