Con la llegada de la variante delta del COVID-19 la mayor preocupación en la población en general es la salud de aquellos que no han recibido la vacuna contra la enfermedad, y dentro de este grupo, especialmente quienes no pueden inyectarse porque aún no ha sido aprobada para su grupo de edad, es decir todos los menores de 12 años.
Esperamos que pronto sean aprobadas para ellos; sin embargo, mientras ese momento llega debemos hacer todo lo posible para cuidar a nuestros niños.
La variante delta infecta y contagia más, genera más complicaciones como hospitalizaciones o muertes, y se ha encontrado especialmente en poblaciones jóvenes y no vacunadas.
Las hospitalizaciones de niños por COVID-19 han aumentado en semanas recientes.
Los virus tienden a no cambiar, a no generar variantes si se encuentran en poblaciones vacunadas.
Es por esto que la mejor estrategia que tenemos en el momento, en contra de las variantes del virus del COVID-19 y especialmente con la delta, es inyectarnos.
Igualmente, al vacunarnos todos los mayores de 12 años, protegemos a los menores de 12 años. Estamos cuidando a nuestros niños.
Desafortunadamente, sabemos hoy en día que las vacunas no nos protegen al 100%.
La buena noticia es que si estamos vacunados y contraemos el COVID-19, lo más probable es que no tendremos complicaciones, no terminaremos hospitalizados. La probabilidad de morbilidad severa (enfermarse gravemente) y mortalidad (morirse) es muy baja, casi cero.
Sin embargo, hoy en día también sabemos que aquellas personas vacunadas que contraen el COVID-19, así sea con una presentación muy leve, pueden contagiar a otros, especialmente a los no vacunados.
Es por esto que la segunda estrategia para cuidar a nuestros niños, además de vacunarnos, es el volver a las medidas iniciales de mitigación de la pandemia:
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Lavarnos las manos frecuentemente, por al menos 20 segundos con agua y jabón. Si no hay agua y jabón se recomienda el uso de desinfectantes en gel.
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Mantener distanciamiento físico (idealmente 6 pies o dos metros de distancia –en las escuelas y colegios es aceptable 3 pies o un metro de distancia).
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Volver a utilizar el tapabocas o mascarilla, especialmente en lugares cerrados, o en situaciones donde el distanciamiento físico no es posible.
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Evitar asistir a eventos con multitudes.
Para el año escolar 2021-2022 es posible que cada distrito escolar tenga diferentes recomendaciones.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y la Academia Americana de Pediatría advierten que “todas las personas en las escuelas y en los colegios –vacunadas o no– utilicen tapabocas o mascarillas, incluyendo y especialmente los menores de 12 años”.
Algunos individuos tienen miedo a vacunarse.
Si hay que temer a algo, es a la enfermedad producida por el COVID-19.
Las vacunas no causan la enfermedad; por el contrario, la previenen.
El COVID-19 y especialmente la variante delta han demostrado ser de alto contagio, de alto riesgo de hospitalización y de alta mortalidad.
Incluso aquellos que se han recuperado quedan con efectos a largo plazo.
Un tercio de los pacientes hospitalizados por COVID-19 presentan cambios pulmonares un año después
Los estudios de las tres vacunas Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson han demostrado una eficacia para proteger contra el COVID19 y especialmente contra las complicaciones, hospitalización, intubación y muerte entre un 95% y 100%.
Quienes reciban la inyección tienen prácticamente una probabilidad cercana a cero de enfermarse gravemente, ser hospitalizados o llegar a morir por COVID-19.
La mejor forma de protegernos contra las mutaciones del virus –especialmente contra la variante delta– y de cuidar a nuestros niños es vacunarnos y utilizar las medidas de mitigación como el uso del tapabocas.
¡Cuidemos a nuestros niños!
¡Vacunémonos todos!