COLUMBUS, Ohio — Esta vez, el gobernador Mike DeWine se dirigió a la comunidad de una manera diferente; preparó un mensaje televisado más tarde de lo acostumbrado para casi implorar a los residentes de Ohio que usen mascarillas para protegerse unos con otros, ante el alarmante aumento de casos de COVID-19, donde ya hay 12 condados en “código rojo” y se teme que algunos puedan llegar a “morado” en cualquier momento.
“Hoy –más que en cualquier punto anterior de esta pandemia– más habitantes se están enfermando. Nos estamos deslizando en una vía muy peligrosa, con una curva [de contagio] que empieza a repuntar. Este es un motivo para preocuparse, una angustiante reversión de nuestro progreso y un estremecedor recordatorio sobre cuán rápido nuestro destino puede cambiar”, dijo DeWine.
Aunque no habló de nuevas acciones estatales para prevenir la propagación del virus en lo que aparenta ser una resurgencia –después de duros esfuerzos para aplanar la curva meses atrás– el gobernador dejó bien claro que “las decisiones que tomen hoy [los residentes de Ohio] afectarán la propagación del virus en las próximas semanas”.
Hizo énfasis en la urgente necesidad de evitar el contagio directo, implorando el uso de mascarillas o paños cubreboca para “protegerse a sí mismos, a sus seres queridos, amigos, vecinos y otros ciudadanos”.
Recordó que deben continuar respetando la distancia social y, en especial, limitar las aglomeraciones o reuniones públicas.
“Si no tomamos medidas inmediatas para frenar este virus, la tragedia que vemos en nuestras pantallas de televisión todos los días en Florida, Texas, Arizona y California, bien puede ser nuestra realidad en cuestión de semanas”, advirtió DeWine.