Cuando a nuestros hijos les empiezan a salir sus dientes, el personal médico y especialistas que supervisan sus rutinas de salud, advierten el cuidado bucal a partir de ese momento.
Recuerdo que el pediatra me recomendó limpiar ese primer dientecito con una gasa doblada, tratando de remover cualquier residuo que dejara la leche o las compotas después de alimentar al bebé.
Al momento que ya tiene una sonrisa “llena”, el cepillo con dibujos animados, la pasta de sabor especial y el hilo dental se convertirán en los mejores amigos de nuestros hijos, pero para lograrlo hay que motivarlos, explicándoles cuán malas son las caries y todo el dolor que pueden llegar a causar.
“Cepillar los dientes de un niño es importante por muchas razones. Los primarios mantienen una mandíbula fuerte, el espacio para los dientes adultos y juegan un papel primordial en la forma como aprenden a masticar, sonreír y hablar”, dicen los expertos de oralb.com.
“Tener dientes sanos también ayudará con la confianza y la participación en su educación y vida social. Establecer buenos hábitos de salud oral desde temprano ayudará a fomentar los patrones de toda la vida”, destaca el portal.
Y cuando los niños no tienen dientes sanos, esto no solo afecta la apariencia de una buena sonrisa.
“Si los dientes de su hijo se llenan de caries y deben extraerse, esto puede hacer que otras piezas se muevan, reduciendo el espacio para que los dientes adultos entren. Si los malos hábitos orales continúan, es más probable que la dentadura adulta se dañe”, explican.
La atención que se debe prestar al cuidado de los dientes de leche de un niño es la misma que para un adulto.
Siempre hay que cepillarse después de cada comida y nunca se acueste sin el lavado bucal.
Este hábito se debe inculcar desde la infancia.
A medida que crecen, cuando ya lo hacen solos, entonces nos corresponde el papel de vigilantes.
Como padres debemos asegurarnos que lo están haciendo bien, y nada se pierde si les ayudamos hasta que sean expertos.
De acuerdo a healthychildren.org, “muchos padres asumen que las caries en los dientes de leche no importan, porque de todos modos se perderán. Pero eso no es cierto; las caries en dientes de leche pueden afectar negativamente a los permanentes y provocar problemas de salud oral en el futuro”.
Explican en este portal de salud infantil que estadísticamente se estima que “a los tres años, el 28% de los niños tienen una o más caries mientras que a los cinco años, casi el 50% de ellos tiene una o más caries”.
Por esta razón –siguiendo las recomendaciones de la Academia Estadounidense de Pediatría y la de Odontología Infantil– los padres deben coordinar citas periódicas con un dentista y elegir el hogar para atención dental antes de que sus hijos cumplan un año.
De ahí en adelante, solo es cuestión de llevarlos a sus rutinas de revisión y limpieza, y así continuarán conservando el hábito como adolescentes y adultos.
En mychildrensteeth.org, los especialistas aconsejan que los niños se deban lavar sus dientes, obligatoriamente, dos veces al día durante dos minutos.
Lo mejor, es que también lo hagan inmediatamente cuando regresan de la escuela y siempre, antes de dormir.