Las negociaciones sobre la propuesta de estímulo fiscal de 1,9 billones de dólares para frenar la crisis desatada por la pandemia se trasladan al Senado de Estados Unidos, donde se espera comience este miércoles el agitado debate para su aprobación.
"Tendremos los votos que necesitamos para aprobar la legislación", dijo este martes el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, al anunciar que el debate arrancaría este miércoles.
Los demócratas, no obstante, cuentan con una exigua mayoría en la cámara alta, de 51 frente a 50, dado que la vicepresidenta, la demócrata Kamala Harris, vota en caso de empate.
Por ello, no pueden permitirse perder ni un solo voto.
Este martes el presidente Joe Biden insistió a los senadores de su partido en que es imperativo mantener la unidad, después de que legisladores del ala moderada planteasen una reducción del volumen del programa..
Uno de los principales puntos de fricción entre los demócratas ha sido la inclusión en el proyecto de ley de una subida del salario mínimo federal de los actuales 7,25 dólares la hora a 15 dólares la hora, exigida por el ala más progresista del partido.
La pasada, sin embargo, los servicios jurídicos del Senado informaron a los demócratas de que no pueden aprobar la subida con una mayoría simple de 51 votos, tal y como pretendían, sino que necesitan 60, una cifra improbable de alcanzar.
La propuesta ya ha sido aprobada en la Cámara de Representantes.
La medida más llamativa del rescate propuesto por Biden son los nuevos pagos directos a contribuyentes de 1.400 dólares.
Además, el plan incluye un rescate de 350.000 millones de dólares para Gobiernos locales y estatales; 20.000 millones de dólares para un plan nacional de vacunación y otros 50.000 para el sistema de test.
También amplía hasta agosto las ayudas al desempleo, ya que los actuales fondos expiran el 14 de marzo, fecha límite que se han marcado tanto la Casa Blanca como los demócratas en ambas cámaras para tener el proyecto finalizado.
Este rescate económico de Biden, de ser finalmente aprobado, se uniría al de 900.000 millones de dólares que el Congreso impulsó en diciembre y al de 2,2 billones de dólares, el mayor de la historia de Estados Unidos, en marzo pasado.
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