Los Ángeles (EE.UU.), 13 ago (EFE).- El incendio Dixie, el segundo más grande en la historia de California (EE.UU.), continúa amenazando el estado dorado tras cumplir un mes ardiendo pese al constante esfuerzo de los casi 6.200 bomberos desplegados en la zona.
El registro oficial del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (Cal Fire) sitúa en las 17.15 horas del pasado 13 de julio el comienzo de este devastador incendio.
Un mes después, Dixie ha arrasado más de 209.000 hectáreas y solo ha sido contenido en un 31 %, según los últimos datos de las autoridades californianas proporcionados este viernes.
Los avances contra las llamas del Dixie han sido escasos y lentos en los últimos días debido principalmente a las condiciones meteorológicas adversas.
En las últimas 24 horas solo se ha podido pasar del 30 % al 31 % en el porcentaje de contención.
Las elevadas temperaturas, la poca humedad y los intensos vientos han entorpecido las labores de los servicios de emergencia.
Las autoridades señalaron el jueves que esperan que estas malas condiciones meteorológicas continúen hasta el final de la semana.
Concretamente, Cal Fire apuntó que han detectado algunas tormentas que podrían aumentar el nivel de humedad en la zona pero que podrían, asimismo, crear nuevos focos de incendio o extender los ya existentes.
Los bomberos también han tenido que lidiar con las dificultades del terreno, ya que Dixie está ardiendo en una zona de montaña próxima al Parque Nacional Lassen en el noreste californiano.
El acceso a esta reserva natural fue cerrado la pasada semana como medida de precaución.
Pese al enorme rastro de destrucción que ha dejado Dixie, hasta el momento no ha habido que lamentar ninguna víctima mortal.
No obstante, el recuento oficial de Cal Fire señala que el fuego ha arrasado más de 1.100 construcciones, de las que 584 son casas.
Las imágenes más terribles del Dixie hasta ahora corresponden a su paso por Greenville, una pequeña localidad de algo más de mil habitantes que fue prácticamente arrasada la pasada semana por culpa de las llamas.
UN PELIGRO RECURRENTE POR LA CRISIS CLIMÁTICA
La descomunal destrucción de terreno provocada por Dixie solo es superada por el August Complex del año pasado, aunque aquel fue el resultado de 38 fuegos distintos en la misma zona.
En total, August Complex arrasó más de 417.000 hectáreas.
Los ocho incendios más grandes en la historia de California han sucedido todos ellos en el transcurso de los últimos cuatro años, un indicio de que la crisis climática ha aumentado de modo dramático el riesgo de grandes fuegos en este estado.
La temporada de incendios en California suele ocurrir entre septiembre y noviembre, pero la tendencia reciente apunta que en los meses previos y posteriores también pueden ocurrir catástrofes de este tipo debido a las escasas precipitaciones y las temperaturas cada vez más altas que se han registrado en los últimos años.
Por ejemplo, la temporada de incendios de 2021 empezó en junio, mientras que en diciembre de 2017 se declaró el fuego Thomas que acabó quemando 114.000 hectáreas.
Respecto al Dixie, la investigación sobre su causa y origen permanece abierta y la principal hipótesis con la que se trabaja es la de un fallo en la red eléctrica.
La documentación entregada a la Comisión Pública de Suministros de California sostiene que un operario de la compañía PG&E se encontraba reparando un problema en una línea eléctrica cuando observó que los fusibles en mal estado en lo alto de una torre habían desencadenado un fuego en el sotobosque.
PG&E (como se conoce popularmente a Pacific Gas & Electric) es la mayor empresa proveedora de electricidad en EE.UU., y suministra energía a prácticamente la totalidad de la población del centro y el norte de California.
Dixie ha traído los peores recuerdos a los vecinos de la cercana Paradise, una ciudad que fue arrasada en 2018 por el incendio más mortífero de la historia de California, en el que murieron 85 personas y que también se inició por un fallo en una línea de PG&E.
David Villafranca