Hódmezövásárhely (Hungría), 17 nov (EFE).- Ha impuesto un régimen de partido único. Es un peligro para la UE, un corrupto y un dictador. Así dibuja a Víktor Orbán, primer ministro húngaro, el opositor Péter Márki-Zay, líder de la alianza de seis partidos que quiere acabar en 2022 con sus 12 años de mayoría absoluta.
"Una cosa que podemos prometer es la libertad. Tenemos que restaurar la libertad y el Estado de derecho", asegura en una entrevista con Efe el candidato a primer ministro en las elecciones de la próxima primavera al frente de una coalición que va de la extrema derecha a los ecologistas.
Los sondeos dan al bloque opositor entre el 37 y el 42 % de los votos, frente a la horquilla de 29 a 45 % para el Fidesz, con hasta un tercio de los electores como indecisos.
El conservador Márki-Zay, historiador y economista de 49 años, fue elegido en 2018 alcalde de la ciudad de Hódmezövásárhely, al sur de Hungría, gracias a la unión de varias fuerzas políticas que quiere servir ahora de modelo a nivel nacional.
Elegido en octubre en unas elecciones primarias de la oposición parlamentaria, este padre de siete hijos, que no esconde sus profundas creencias cristianas, aspira a atraer a votantes tradicionales de Orbán con un programa aperturista.
Sin embargo, es consciente de que no será fácil ganar en un país donde, sostiene, Orbán cercena la libertad de prensa, controla los medios comunicación y ha impuesto un sistema electoral que beneficia claramente a su partido, el Fidesz.
"Todos los periódicos regionales, todas las emisoras de radio pertenecen al Fidesz. Sólo hay una televisión que se dice de la oposición, pero también el propietario es muy leal al Fidesz. Tenemos un sistema electoral, una Constitución aprobada por un único partido", resume el desafío al que se enfrenta.
CORRUPCIÓN Y DICTADURA
"Es como un Estado comunista, con la excepción de que la corrupción es mucho más relevante", describe la situación tras una década larga de mayorías absolutas de Orbán.
Márki-Zay asegura que la carrera del actual primer ministro es una sucesión de "giros de 180 grados": de joven comunista a duro liberal anticlerical en la década de 1990, y luego un conservador pro europeo, opuesto al presidente ruso Vladímir Putin.
En 2010, cuando arrasó en las elecciones, se transformó en un anti europeo, en "el representante de Putin en la UE" y comenzó a construir un Estado de partido único igual que la dictadura comunista a la que Orbán se enfrentó en 1989.
Una evolución que el líder opositor explica en que "la corrupción es la principal motivación tras los movimientos de Orbán".
Por ejemplo, recuerda que el yerno de Orbán, István Tiborcz, ha sido señalado por OLAF, la agencia antifraude de la Unión Europea.
Unos "escandalosos problemas de corrupción" que, denuncia, quedan impunes porque la Fiscalía es leal al Fidesz.
UN DIFÍCIL LEGADO
En caso de ganar, una de las principales tareas que se plantea Márki-Zay es la reforma de la Constitución, escrita y aprobada en 2011 por la mayoría de dos tercios del Fidesz.
Esa Carta Magna fue aprobada sin consenso ni negociación políticos, y blindó que el partido gobernante mantenga su influencia en muchas instituciones, incluso si pierde las elecciones.
Para sortear la mayoría de dos tercios del Parlamento que requiere un cambio constitucional, y que la oposición difícilmente tendrá, Márki-Zay propone un referéndum.
En ese proceso, explica, será necesario cambiar la composición del Tribunal Constitucional de Hungría.
"Orbán duplicó el número de miembros del Tribunal Constitucional y lo llenó de leales al Fidesz. Así que, por supuesto, tenemos que reemplazar este tribunal con nuevas personas independientes", dice.
Sin embargo, algunos de esos jueces tienen mandatos que llegan hasta el año 2033.
RECONCILIARSE CON LA UE
Márki-Zay promete también que Hungría será fiel a la OTAN y a la Unión Europea, tras una década de choques entre Orbán y Bruselas, donde Hungría tiene abiertos procedimientos por incumplir la legislación y los valores comunitarios.
"Orbán está haciendo negocios con la China comunista y con Putin y Erdogan (el presidente turco), que la mayoría de las veces van en contra de los intereses nacionales húngaros", señala.
El líder opositor asegura que cuando estuvo en Bruselas la semana pasada, recibió el apoyo en el Parlamento Europeo de los grupos socialista, ecologista, liberal y hasta del Partido Popular, del que el Fidesz salió el pasado marzo, justo cuando iba a ser expulsado por violar los valores de esa familia política.
"Todos se mostraron abiertos hacia un nuevo Gobierno húngaro proeuropeo", asegura.
Márki-Zay cuenta que pidió a los europarlamentarios que no acepten el régimen de Orbán como un Estado de derecho: "es un régimen muy autoritario, una dictadura, si alguien quiere llamarlo así".
IGUALDAD ANTE HOMOFOBIA
El aspirante a primer ministro también criticó las políticas homófobas del Gobierno de Orbán, que vincula la homosexualidad con pederastia, en una ley que fue duramente criticada por la Comisión Europea y por numerosos gobierno europeos.
Los seis partidos de la alianza opositora, incluso los más conservadores, como el suyo propio, han acordado aprobar el matrimonio para personas del mismo sexo.
Márki-Zay destaca que, pese a las enormes diferencias ideológicas de la coalición, que va desde el ultranacionalista Jobbik a partidos liberales y de izquierda, hay un programa común.
"La única posibilidad de derrotar a Orbán es si toda la oposición se une", resume.
Marcelo Nagy