Puerto Príncipe, 31 oct (EFE).- La misa dominical ha perdido adeptos en las iglesias de Puerto Príncipe, no por una merma de la devoción por Dios, sino por el miedo de los feligreses a la acción de las bandas armadas, que han puesto a los miembros de comunidades religiosas en su punto de mira para hacerlos sus rehenes.
El secuestro de 17 misioneros y sus familias a manos de la banda armada 400 Mawozo el pasado 16 de octubre es el último episodio de una larga lista de ataques contra religiosos.
En abril pasado, otros diez religiosos, entre ellos dos franceses, pasaron varias semanas secuestrados por la misma banda; en septiembre un diácono fue asesinado y su mujer secuestrada en plena misa en Puerto Príncipe y a comienzos de ese mes, un sacerdote fue asesinado en Cap-Haitien a la salida de un banco.
UNA IGLESIA CASI VACÍA
En la iglesia Saint Pierre de Petion-Ville las primeras filas de bancos estaban vacías durante la misa oficiada a las 9.00 de la mañana de este domingo.
El sacerdote mencionó el problema de la criminalidad en el país durante la homilía, frente una concurrencia menor a la habitual, aunque entregada y vestida de domingo, como Gary Dérilus, que trabaja en este templo y atendió a Efe después del oficio.
"Con el aumento de la inseguridad, algunas personas que solían venir a la iglesia no vienen", afirmó. Algunos de los miembros de la congregación que viven lejos "han empezado a acudir a otras parroquias más cercanas" para evitar el peligro de desplazarse y el gasto de gasolina.
Pero sí, "la gente tiene miedo de venir a la iglesia" y el vacío es muy evidente en algunos oficios. "Por ejemplo, en la misa de las 6.00 de la mañana, a veces no teníamos espacio para recibir a la gente" y ahora no se llena.
Si se recobra la seguridad los feligreses volverán, aventuró, "la gente no tendrá problemas para venir a la iglesia. Sabrán que nadie les apuntará con una pistola, no les robarán la maleta ni les harán nada, tendrán la tranquilidad" para acudir a rezar, apuntó.
SILLAS VACÍAS EN TEMPLO EVANGÉLICO
Muchas sillas vacías había también en el segundo servicio ofrecido en la Iglesia de Dios Casa de Refugio, en Delmas 52, durante esta jornada dominical y por los mismos motivos.
Mientras el pastor daba su sermón, uno de los miembros de la congregación explicó a Efe que "debido a la inseguridad la gente que vive lejos no viene a la iglesia. Pero en el primer servicio, que terminó a las 9.15, había más gente. Pero para el segundo servicio" ha decaído mucho la asistencia.
Además, "también hay una crisis de combustible. La distancia hace que muchas personas no puedan hacer el viaje" hasta este lugar, la criminalidad les cohíbe de acudir a pie, así que solo la gente que vive cerca" acude al templo, apuntó.
Frente al miedo, la iglesia ofrece a las personas "mensajes de consuelo", es misión de la iglesia "confortar el cuerpo, el alma y el espíritu. Pero, además, lanzan un mensaje de "vigilancia".
"Les pedimos que no sean negligentes. No les obligamos a venir si están expuestos a la inseguridad", afirmó.
Más extremo fue el mensaje del pastor Jean Paul Davius, de la Iglesia Full Gospel, que animó a su congregación a usar un cuchillo para protegerse de los miembros de las pandillas, puesto que el templo está situado cerca de Cité Soleil, una peligrosa barriada donde tiene su cuartel general la banda G9 Fanmi e Alye.
"Mantén los ojos bien abiertos. Mira a la derecha y a la izquierda. Señor, este es mi machete. Señor, aquí está mi machete. ¡Bendice mi machete, Señor! ¡Bendice mi machete, Señor! Cuando voy a usarlo contra un bandido", declamó.