Nueva Delhi, 23 nov (EFE).- Miles de campesinos de la India han salido victoriosos de un duro pulso mantenido durante el último año con el Gobierno para revocar una controvertida reforma agraria que buscaba liberalizar el sector, pero que es considerada injusta por los agricultores.
El primer ministro indio, Narendra Modi, afirmó el pasado viernes que retirará las tres polémicas leyes, un anuncio que al venir de un líder que no está acostumbrado a dar su brazo a torcer ha sorprendido a críticos y manifestantes.
Pero los agricultores acampados a las afueras de Nueva Delhi desde noviembre del año pasado dicen que permanecerán ahí el tiempo que haga falta, y los líderes campesinos aseguran que no desmantelarán la protesta hasta que el Gobierno cumpla su promesa.
FUERZAS PARA CUATRO O CINCO AÑOS
"Incluso si tenemos que quedarnos cuatro o cinco años, aquí seguiremos. Tenemos nuestra propia comida y un lugar donde quedarnos, tenemos todas las instalaciones. No hay problema", dijo a Efe Satnam Singh, un agricultor de 66 años procedente del estado norteño de Punyab.
Entrevistado días antes de que Modi anunciase el fin de las tres leyes, una decisión que todavía debe oficializar en una esperada sesión parlamentaria que comenzará el próximo lunes, Singh reconoció que las dos partes habían sido inflexibles y no esperaba que el Gobierno cediese.
Singh explicó frente a una de las grandes cocinas comunitarias de la acampada de Singhu, uno de los tres puntos fronterizos ocupados a las afueras de Nueva Delhi por los campesinos, que ha dividido su tiempo desde hace un año entre la protesta y su aldea natal.
Ese es el secreto de los miles de campesinos a las afueras de Nueva Delhi, una suerte de rotación que les ha permitido ocuparse de las labores del campo y mantener viva una acampada cuyas instalaciones no han dejado de crecer.
Singhu cuenta con cocinas comunitarias, un hospital improvisado en medio de la carretera que cuenta con camas de cuidados intensivos y hasta un centro de masajes.
"Trabajamos día y noche en los campos, nuestros cuerpos están acostumbrados a tolerar los extremos del verano y el invierno", resumió Singh.
Las mujeres, como Gurmeet Kaur, de 60 años, también han estado muy presentes en las acampadas contra las tres leyes.
"Estamos aquí hombro con hombro con nuestros hermanos campesinos. Nosotras venimos en grupos de treinta o cuarenta personas, y cuando nos vayamos en quince días vendrá otro grupo de mujeres", dijo Kaur a Efe.
UNIDAD SINDICAL
Los campesinos comenzaron sus protestas en noviembre del año pasado en contra de tres leyes que, a su juicio, dejan a los productores a merced del libre mercado, sin garantías de protección.
Harjinder Singh (sin relación con Satnam Singh) explicó a Efe que otro de los secretos del éxito de las manifestaciones ha sido la alianza de uniones sindicales.
"Treinta y dos sindicatos agrícolas se han unido y creado el Samyukt Kisan Morcha (SKM) para esta lucha", dijo este campesino también de Punyab, como la mayoría de los agricultores en las acampadas.
Se trata de uno de los estados que producen la mayor parte del trigo del país y que se ha convertido en el epicentro de las protestas, y donde los seguidores del sijismo, con sus característicos turbantes y barbas, son mayoría pese a suponer un 1,72 % del total de los habitantes de la India, según el censo de 2011.
Entre las denuncias de los campesinos, Harjinder destacó el miedo a que la liberalización del mercado acabe con el sistema de lonjas mayoristas reguladas por el Gobierno, también llamadas mandis, en beneficio de un puñado de grandes empresas.
"Estas leyes van no solo contra los agricultores, sino contra el público en general. Si entran en vigor tal y como están redactadas, la inflación aumentará", denunció.
FALLO AL CONVENCER A LOS CAMPESINOS
El Gobierno indio, sin embargo, asegura que las normas intentan dar a los agricultores capacidad para negociar los precios y la producción directamente con los compradores, sin trabas ni intermediarios.
Las partes mantuvieron un proceso de negociación a principios de año, y el Gobierno dijo estar dispuesto a hacer algunas modificaciones a las leyes; sin embargo, estas conversaciones fracasaron ya que los campesinos exigían la derogación total.
"Hoy vengo a decirles a ustedes y a toda la nación que hemos decidido derogar las tres leyes agrícolas", afirmó Modi el viernes en un discurso televisado.
"No pudimos convencer a un sector de los campesinos. Quizá algo falló en nuestros esfuerzos", reconoció el mandatario en un gesto inusual.
CONTINÚAN LAS PROTESTAS
Los campesinos se han negado, pese al anuncio de Modi, a desmantelar las protestas.
Uno de los principales líderes de las manifestaciones y el rostro más visible, Rakesh Tikait, de la Unión de Campesinos de la India (BKU), advirtió en Twitter que los campesinos "no irán a ninguna parte" hasta que "las leyes sean derogadas en el Parlamento".
El SKM ha enviado una carta abierta a Modi exigiendo que el precio mínimo de apoyo (MSP, en inglés) sea extendido a todos los productos agrícolas, entre otras reivindicaciones.
"Esta lucha va a continuar", advirtió Tikait. El mensaje resuena con fuerza en Singhu, donde los agricultores no dan muestras de desfallecer.
David Asta Alares