Al culminar la pasada semana, cuando las autoridades de salud de la ciudad de Cincinnati difundieron públicamente los últimos datos relacionados al COVID-19 en el área, 40 hospitales reportaron tener el mayor número de casos de personas contagiadas con el virus desde enero de 2021, contando 620 pacientes hospitalizados, 163 de ellos en cuidado intensivo y 110 conectados a ventiladores.
De acuerdo con estadísticas de Health Collaborative –una iniciativa que agrupa a hospitales, centros, instituciones y organizaciones locales de servicios de salud– la región cuenta con un total de 513 camas dedicadas a cuidados intensivos, pero de estas el 99% estaban llenas.
De igual forma se reportó que de las aproximadamente 2,500 camas designadas como médico-quirúrgicas, el 97% continuaban ocupadas.
Por su parte, el Cincinnati Children’s Hospital Medical Center, emitió un comunicado el pasado viernes 17 de diciembre a través de las redes sociales, advirtiendo que los tiempos de espera en sus salas de emergencia eran más largos de lo normal.
Por esa razón, el mensaje exhorta a los padres para que consulten con el médico de cabecera de sus hijos, antes de visitar una sala de emergencias o un centro de atención de urgencia.
La publicación además añadía: “Si bien el hospital está tan lleno, es posible que los proveedores se estén comunicando para reprogramar las admisiones o los procedimientos planificados”.
A nivel estatal, enfrentando una difícil situación al norte de Ohio, el gobernador Mike DeWine tomó la decisión de activar la Guardia Nacional para brindar apoyo al personal médico de la región.
Hospitales en Cleveland han reportado tener sus salas de cuidado intensivo llenas a capacidad y una clínica en Akron se vio en la obligación de adquirir un “trailer” refrigerado como morgue adicional para guardar cuerpos de personas fallecidas.