Rachel Smith, exmaestra de West Clermont High School, fue sentenciada el miércoles a tres años de libertad condicional tras ser declarada culpable de poner en peligro a un menor y privación ilícita de la libertad. Junto con la asistente Allison Vestring, fue acusada de atar las manos de un estudiante con síndrome de Down a su escritorio y grabar el incidente.
El hecho ocurrió el 1 de marzo y, según los padres del estudiante, llamado Dustin, la acción impidió que su hijo se comunicara, ya que tiene dificultades para hablar. Las acusadas mostraron el video a otros miembros del personal, lo que generó mayor indignación. Vestring aceptó su responsabilidad en junio y fue sentenciada a cinco años de libertad condicional.
Ambas mujeres tienen prohibido trabajar en centros para personas con discapacidades del desarrollo durante su período de prueba, así como contactar con personas con necesidades especiales fuera de sus familias. En su disculpa, Smith se mostró emocional y afirmó que no fue una acción de castigo, sino una "broma".
