El gobernador de Florida, Ron DeSantis, retiró todas las restricciones a restaurantes y otros comercios.
También eliminó las multas en contra de las personas que no deseen usar mascarillas, a pesar de que la propagación del COVID-19 no se detiene y aún no existe una vacuna definitiva.
Esta orden ha abierto un debate a pocas semanas de las elecciones presidenciales, dentro de un estado que está políticamente dividido.
DeSantis, aliado del presidente Donald Trump, reconoció que la pandemia no ha concluido.
Sin embargo, afirma que la amenaza ha menguado y que es momento de reabrir los comercios.
“No cerraremos nada a partir de ahora”, dijo DeSantis.
“Como acto de gracia ejecutiva, todas las multas y penalidades aplicadas en contra de las personas han sido suspendidas”, agregó.
Por otro lado, representantes demócratas de Florida han criticado fuertemente al gobernador.
“Nadie dice que debemos tener una cuarentena completa en Florida. Pero hemos pedido y seguimos pidiendo medidas de prevención que apelen al sentido común, como el uso de mascarillas, el cual es esencial para prevenir una mayor propagación”, manifestó la senadora estatal Audrey Gibson.
El director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci también se ha pronunciado al respecto.
“Eso es muy preocupante para mí”, dijo Fauci al programa Good Morning America, de la cadena ABC.
“Siempre hemos dicho que eso es algo con lo que realmente debemos tener cuidado, porque cuando se trata de la propagación en la comunidad, y si usted tiene un entorno donde la gente se congrega, particularmente sin mascarillas, está provocando un problema”.
