Fráncfort (Alemania), 22 oct (EFE).- La Feria de Fráncfort entró este viernes en lo que puede considerarse la recta final, en un día marcado por la política, por la visita de la Premio de la Paz de los Libreros Alemanes Tsitsi Dangaremba, y los debates sobre el fomento de la lectura y los efectos de la pandemia.
El segundo tema también tiene una dimensión política ya que, como señaló la directora de la fundación alemana Lesen (Leer) Simone Ehmig, uno de los efectos del cierre de escuelas forzado por la pandemia es que el nivel de lectura de los niños ha bajado, especialmente en los sectores menos favorecidos.
"Entre los niños en Alemania el nivel de lectura ha bajado, sobre todo entre aquellos que ya estaban en desventaja por venir de familias de ingresos bajos", dijo en una mesa redonda en el Foro de Educación.
"La brecha entre la gente con un alto bagaje cultural y un bajo bagaje cultural ha crecido durante la pandemia", constató también el británico Marc Lambert, de Schottish Book Trust.
Otro de los efectos de la pandemia que se ha visto en la Feria es que este año ha perdido parte de su dimensión internacional. Aunque las editoriales extranjeras han venido lo han hecho con menos gente y muestras más pequeñas, y hay además menos autores que otros años que abran miradas sobre otras partes del mundo.
Por eso la presencia de la Premio de la Paz de este año, considerada como una las voces femeninas africanas más importantes a través del teatro, la narrativa, el cine y el activismo político en defensa de los derechos de las mujeres y en contra del racismo y la corrupción, es especialmente importante.
UNA VOZ AFRICANA
Dangaremba nació en Mutoko (Zimbabue) en 1959 y se ha convertido en una de especie de símbolo de la defensa de los derechos humanos en África y una de las principales críticas a los rastros del colonialismo.
"Como escritora tu materia prima es la sociedad. Al confrontarte con ella muchas veces terminas convertida automáticamente en una activista", explicó este viernes en Fráncfort en conferencia de prensa.
Eso es válido, según ella, ante todo para un país como Zimbabue que, dijo, "actualmente vive una crisis que afecta a todos los aspectos de la vida. Es una crisis política, una crisis económica y una crisis social".
El haber promovido una manifestación contra la corrupción le costó una breve estancia en la cárcel en 2020. En 2021 recibió el Premio PEN Prize así como el Premio PEN Internacional para la Libertad de Expresión.
Dangaremba estudio psicología y su primer medio de expresión fue el teatro antes de que en 1988 publicara su primera novela, "Nervous Condition", que fue la primera parte de una trilogía autobiográfica que continuaría con "The book of Not" (2006) y "The Mournable Body" (2018).
A través de la confrontación con su propia vida, Dangaremba aborda temas que afectan a su país, a su continente y a toda nuestra época.
"Cuando escribo no pienso en los lectores sino solo en mí, que soy siempre mi primer lector. Tengo que estar satisfecha con lo que escribo. Si eso es así entonces puedo tener la esperanza de que mis textos abran horizontes a los otros, pues como todos somos seres humanos y nuestras experiencias se parecen", dijo.
SOBRE LA MIGRACIÓN
Entre 1989 y 1992 Dangaremba estudió cine y dirección en Berlín, donde ahora ha pasado unos días antes de venir a Fráncfort, lo que en la conferencia dio pie para algunas preguntas acerca de cómo ha cambiado la ciudad -"ha cambiado para bien, ahora es más cosmopolita y más multicultural"- dijo y acerca de cómo fue su experiencia de inmigrante en Alemania.
"La pregunta es interesante porque nunca me vi como inmigrante. Vine a estudiar cine y con una agenda clara, que era volver a Zimbabue pero entiendo lo que quieren decir", contestó.
Los inmigrantes son otros, los que se van para volver dejándolo todo atrás y que, según Dangaremba, obliga a hacernos muchas preguntas.
"Lo normal es que la gente quiera quedarse en casa. Por eso hay que preguntarse cuáles son las condiciones que lleva a mucha gente a dejarlo todo atrás y a correr el riesgo de ahogarse en el mar", dijo.
Por otra parte, dijo que la libertad de buscar suerte en otros países debería ser algo normal en una sociedad globalizada. "No es normal que no haya fronteras para mercancías y si las haya para seres humanos", afirmó.
Rodrigo Zuleta