Según un estudio reciente de las Naciones Unidas, la pandemia global por el COVID-19 no sólo causa estragos sociales y comerciales, sino que afecta directamente en la alimentación y supervivencia de la población.
Por ejemplo, en el año 2019 el planeta experimentó una hambruna de 680 millones de personas. Esta cifra cubre diversos motivos, entre sociales, de salud y económicos.
Sin embargo, tan sólo por la propagación del coronavirus, según la organización ya van 132 millones de personas en el mundo que pasan hambre, y el año apenas avanza un poco más de la mitad.
Se especula que, según los crecientes y cada vez mejor fundados rumores de un rebrote en el otoño-invierno, este número podría empeorar.
La organización que reúne a naciones de todo el globo hace un llamado a los gobiernos de todos los países para que trabajen en conjunto.
Ellos esperan que se pueda delinear reglamentos que reduzcan el costo de alimentos nutritivos, y así poder mantener una dieta balanceada al alcance de la mayoría de las personas.