CINCINNATI, Ohio — Mauro Méndez recuerda que al conocer del incendio en el complejo de apartamentos cerca de su iglesia, salió corriendo con otros hermanos para ayudar en lo que pudiera.
Todo se perdió, pero ninguna de las familias guatemaltecas residentes en el lugar del siniestro resultó herida.
Mauro se encontraba en una jornada de formación, en la iglesia La Sagrada Familia.
Era muy temprano en la mañana, y nadie imaginaba que la tragedia dejaría sin hogar a muchas personas de la misma congregación.
“Cuando llegué vimos como salía sin zapatos nuestro hermano Esaú, con sus niños. A Dios gracias, ellos estaban bien, aunque todo se quemó. Los apartamentos ardían, se veía mucho humo y todo estaba lleno de bomberos y socorristas. Fue una escena muy triste”, explicó Mauro Méndez.
Al día siguiente [23 de febrero de 2020], Delmi De León continuaba preocupada.
Sin embargo, le tranquilizaba el hecho de estar a salvo. Simplemente, lo ve como un milagro.
Al momento del incendio, su esposo y los niños estaban en el apartamento # 6, de donde lograron escapar cuando la unidad vecina se miraba completamente en llamas.
“Estamos bien, y eso es lo más importante. Perdimos toda la ropa, las camas; lo que teníamos…ya nada sirve. Por el momento, nos estamos quedando en casa de nuestro padrino; ahora queda buscar donde mudarnos, y volver a empezar”, explicó Delmi.
A su lado, Esaú Tomás su esposo, –un hombre de pocas palabras– terminaba de rezar.
Confesó sentirse asustado, no obstante, en el momento del incendio, se armó de valor, tomó a los niños y huyó.
Otra de las familias afectadas es la del director del coro, Santos Ventura y Micaela Vásquez.
“El fuego comenzó en el tercer piso, realmente nosotros no sufrimos tanto daño; si perdimos las pertenencias, pero consideramos que hay hermanos en mayor necesidad. Si es para ayudar, pueden colaborar con ropita para los niños [9 y 5 años], una niña de 7 y un bebé de 8 meses [pañales]”, manifestó Santos Ventura.
“Nos preocupa muchísimo la situación de estas familias hispanas. Vamos a estar pendientes para facilitar hogares temporales, comida, ropa, transporte y todo lo que necesiten. Nuestra organización es para proteger al desamparado, y es nuestro deber proveer para estos padres, madres y sus hijos”, dijo Brian Garry, de Maslow’s Army.
La Cruz Roja –a través de gestiones con la iglesia– ha logrado registrar a cuatro familias para que reciban ayuda.
El resto de los afectados no quiere hacerlo, simplemente porque tienen miedo.
Aunque se les ha explicado que la organización no comparte información personal, ellos se resisten pensando en repercusiones con inmigración.
“Lo urgente en este momento es dinero para pagar costos de depósito y alquiler en otro lugar. Temporalmente están alojados con amistades y familiares, pero necesitarán nueva residencia en los próximos días; tienen niños y deben restablecer sus hogares”, explicó la Hna. Cristina Garcés, del ministerio hispano de la iglesia La Sagrada Familia, en Price Hill.
Toda persona que desee aportar al fondo de asistencia para los nuevos hogares de las víctimas puede llamar al (513) 921-7527 que es el número de la parroquia.
Luego seguirán indicaciones para conectarse con la Conferencia St. Vincent de Paul.
Es importante informar que su donación es únicamente para las familias afectadas por el incendio de Price Hill.
