El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, con la finalidad de concientizar o alertar a la población y motivar la búsqueda de ayuda profesional.
El COVID-19 ha despertado otra pandemia silenciosa a las que muchas personas tienen que enfrentarse diariamente, que es la ansiedad, a veces en muchos casos ni saben que la padecen.
Ésta es en sí, una respuesta fisiológica a situaciones nuevas o amenazadoras, y que es totalmente normal. Pero cuando la ansiedad ya no está dentro de lo normal, la situación se torna delicada, es decir, tener demasiado miedo y estar extremadamente preocupado comienza a desatar una serie de episodios que no tratados a tiempo pueden arruinar la vida de quien la padece.
La Sociedad Americana de Ansiedad y Depresión dice que el padecimiento se caracteriza por una preocupación persistente y excesiva por una serie de eventos diferentes.
Las personas que la padecen pueden anticipar un desastre, estar demasiado preocupadas por cualquier mínima situación, y les resulta difícil controlar sus pensamientos.
Algunos de los síntomas importantes a tomar en cuenta de la ansiedad son los siguientes:
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Taquicardia, la persona puede experimentar palpitaciones rápidas del corazón con frecuencia.
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Mareos, molestan hasta el punto de cohibirle para las labores cotidianas.
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Miedo constante, presentimiento constante de que algo malo va a pasar.
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Insomnio, a algunas personas les afecta significativamente poder conciliar el sueño, mientras que a otras no.
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Dolor de pecho, sentir el área pectoral oprimente y a veces sensación de que va a explotar.
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Malestar estomacal, sentir ‘mariposas’ en el estómago y sensación de ir al baño.
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Temblores, sensación de inquietud, tensión o nerviosismo al imaginarse cualquier evento negativo.
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Pensamientos negativos, considerar que nunca podrá salir de ella, que jamás volverá a vivir sin miedo, que morirá en cualquier crisis y que no podrá sanar nunca, entro otros.
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Dolores de cabeza, por el exceso de pensamientos imparables no reales.
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Sudoración de las manos y pies, aun cuando siente frío.
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Ataque de pánico, surge repentinamente a causa de extrema ansiedad.
Según la Sociedad Americana de Ansiedad y Depresión, la condición emocional afecta a 6,8 millones de adultos, o el 3,1% de la población de los Estados Unidos, y las mujeres tienen siempre el doble de probabilidades de verse afectadas.
Aunque se desconoce la causa, la ansiedad cuenta con la buena noticia de que se cura y se puede salir de ella con la ayuda de un profesional de la salud mental.
“Los trastornos de ansiedad generalmente se tratan con psicoterapia, medicamentos o ambos. Hay muchas formas de tratarla y las personas deben trabajar con su médico para elegir el mejor tratamiento para ellos”, indica el Instituto Nacional de la Salud Mental en su sitio web.