Viena, 21 oct (EFE).- El color y la luminosidad de la artista brasileña Beatriz Milhazes preside desde hoy el escenario de la Ópera de Viena con un gigantesco mural que cubre su telón cortafuegos y con el que muestra su pasión por la música y rinde homenaje a un "lugar mágico".
Pink Sunshine es el título del diseño que decora los 173 metros de cuadros del telón que separan escena y sala de espectadores durante las pausas de las representaciones y cuando no hay función.
Beatriz Milhazes es la primera artista latinoamericana elegida para participar en este proyecto de "Museum in Progress", una asociación de arte que desde 1998 selecciona, a través de un jurado internacional, a un artista distinto para decorar ese telón de seguridad.
La artista, que no estuvo presente hoy en la presentación, mandó un mensaje en el que confesaba que la música es una de sus pasiones y que la Ópera de Viena es para ella un "lugar mágico".
El jurado ha destacado que la obra de Milhazes, nacida en Rio de Janeiro en 1960, combina las influencias de artistas como Henri Matisse y Piet Mondrian, la escuela brasileña del Neoconcretismo y el folclore y el arte popular.
El paisaje, elementos botánicos y formas geométricas y arquitectónicas se mezclan en una obra que evoca y abre una puerta desde el escenario de la Ópera hacia la cultura brasileña.
De hecho, el embajador de Brasil en Viena, José Antônio Marcondes de Carvalho, afirmó que la presentación de esta obra es la mejor manera de comenzar en Viena la conmemoración del 200 aniversario de la independencia de Brasil, que se celebrará el año que viene.
"Es también un reconocimiento a la creciente importancia internacional de las artes visuales brasileñas, con artistas siendo cada vez más conocidos. Están ganando, merecidamente, más y más espacio en el mercado internacional, participando en importantes ferias de arte y otros eventos", señaló el diplomático.
Durante la presentación del diseño, que decorará el telón cortafuegos hasta el final de la temporada de ópera, en junio, la bailarina brasileña Sinthia Liz interpretó una coreografía inspirada en la obra de Milhazes.