Tapachula (México), 6 nov (EFE).- La caravana de miles de migrantes centroamericanos y haitianos salió esta tarde de la comunidad de Caleras, Arriaga, en el suroriental estado de Chiapas donde descansó cerca de unas 6 horas y retomó su paso con destino a los límites de Chiapas y Oaxaca.
Los migrantes por la mañana tenían planeado ir a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez (Chiapas), pero horas más tarde, decidieron avanzar hacia la frontera entre ambos estados.
Algunos migrantes como Jonathan Cortés han viajado en las plataformas de tráileres, arriesgando a sus hijos y mujeres, pero enfatizó que siempre hay muchas personas de buen corazón y los apoyaron siempre.
Este grupo de migrantes avanzó a paso lento, sin encontrarse con autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) ni de la Guardia Nacional.
Irineo Mujica Arzate, director de Pueblos Unidos Migrantes (PUM), informó que fueron los migrantes los que votaron para caminar rumbo a Oaxaca.
"Es un poco menos seguro, más difícil, pero las personas prefieren caminar que abordar camiones, pero realmente fue un consenso para ir a esta ruta", dijo.
Los migrantes llegaron alrededor de las 18.10 horas (00.00 horas del domingo GMT) a la comunidad Azteca, cercano a los límites de Chiapas y Oaxaca.
Para los migrantes haber emprendido esta caravana es de mucho sacrificio, los cuales, consideraron, darán resultados.
En la comunidad Azteca, los migrantes compraron agua y comida para poder descansar esta noche y mañana avanzar a su ruta cercana a la zona limítrofe.
En esta caravana aún permanecen unos 4.000 migrantes que han marchado dos semanas desde Tapachula hasta los límites de Chiapas y Oaxaca.
UNA SEMANA DURA
La última semana de la caravana ha sido larga, difícil y con la presencia de la Guardia Nacional que se ha enfrentado en dos ocasiones con los migrantes.
Los miles de migrantes avanzan en medio del dolor que ha ocasionado la muerte por disparos de la Guardia Nacional de un migrante cubano, quien viajaba en un vehículo junto con otras personas, el pasado fin de semana.
Además, el pasado jueves el grupo chocó con la Guardia Nacional y agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), dejando varios arrestados y cinco elementos "con lesiones de consideración" entre las poblaciones de Pijijiapan y Tonalá, donde llegaron varios vehículos del Instituto Nacional de Migración y de la Guardia Nacional.
Posteriormente, los migrantes, al ver el avance de estos grupos de choque, empezaron a lanzar piedras a las fuerzas de seguridad.
Este grupo se puso en marcha después de que en los primeros días de septiembre las autoridades mexicanas frustraran el avance de cuatro caravanas de migrantes que partieron precisamente desde Tapachula, municipio de Chiapas fronterizo con Guatemala.
Entonces, varias agencias de la ONU y ONG criticaron el uso de la fuerza en los operativos para desintegrar dichas caravanas.