Berlín, 10 nov (EFE).- El aspirante socialdemócrata a la cancillería alemana, Olaf Scholz, entrará en la fase decisiva para sellar una coalición de Gobierno con verdes y liberales con la incógnita de si logrará aprobar el pacto antes de navidades y bajo el azote de la cuarta ola de la covid.
Los 22 grupos de trabajo que se repartieron la tarea de cuadrar los contenidos del futuro pacto debían entregar sus conclusiones esta tarde.
A partir de la próxima semana serán los jefes de los equipos negociadores respectivos los que limen las diferencias persistentes, tras lo que quedará por asignar las carteras ministeriales correspondientes.
El calendario marcado en el arranque de las negociaciones, el pasado 21 de octubre, contemplaba tener el pacto listo, y ratificado por las tres formaciones, a tiempo para que Scholz pueda someterse a su investidura en el Parlamento (Bundestag) en la semana del 6 al 10 de diciembre.
Ello permitiría a Scholz, vicecanciller y ministro de Finanzas del gobierno saliente de Angela Merkel, acudir ya como jefe del Gobierno de la primera potencia del bloque comunitario a la próxima cumbre de la Unión Europea (UE).
No ha habido en esta fase técnica filtraciones notables a los medios, factor éste considerado esencial por el Partido Socialdemócrata (SPD), los Verdes y el Partido Liberal (FDP).
Se da por hecho que el FDP persiste en su ambición de colocar al frente del Ministerio de Finanzas a su líder, Christian Lindner. Y también que los Verdes exigen más ambición en la lucha contra la emergencia climática, tema prioritario no solo para ese partido, sino para la mayoría de los ciudadanos alemanes.
Desde los Verdes se han expresado dudas acerca de si podrá cumplirse el calendario establecido y considerado que quizás deba prolongarse la negociación.
PRIMERA LECTURA ANTE EL BUNDESTAG
Los futuros coaligados, aún con el pacto sin completar, defenderán mañana en el Bundestag su proyecto de ley contra la pandemia, en un momento de alarma pública por el récord de contagios.
El 24 de noviembre expirará la ley aprobada el año pasado, en la primera ola de contagios, que otorgaba poderes especiales al gobierno federal. A partir de entonces, las competencias en la implementación de las medidas y eventuales restricciones regresarán a los "Länder".
Los futuros coaligados se plantean reimplantar los test gratuitos -que dejaron de serlo hace apenas unas semanas- y la obligación a los no vacunados de presentar uno negativo diario a su empleador.
También plantean extender las restricciones a los no vacunados en la vida pública. Aunque sin considerar fórmulas más drásticas o implantar la vacunación obligatoria en el personal sanitario y otros sectores profesionales esenciales, como ya ocurre en otros países de la UE.
Son medidas calificadas de insuficientes por algunos expertos, que recuerdan el nulo resultado logrado en las sucesivas llamadas a vacunarse a aquellos que aún no lo hicieron.
Alemania volvió a registrar este miércoles nuevos máximos de incidencia desde el comienzo de la pandemia. Las autoridades sanitarias alemanas verificaron 39.676 nuevos contagios, el tercer récord en menos de una semana, tras los 37.120 notificados el pasado viernes y los 33.949 del jueves.
La incidencia acumulada en siete días marca su tercer récord consecutivo y se sitúa en 232,1 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes, tras los 213,7 de ayer y los 201,1 del lunes, y frente a los 146,6 de hace una semana.
Un 67 % de los ciudadanos tiene la pauta completa, porcentaje prácticamente estancado desde hace semanas, pese a las sucesivas llamadas del gobierno saliente, como de la futura coalición de Scholz, a que se vacunen aquellos que aún no lo hicieron.