Bogotá, 15 nov (EFE).- Un año después de que el huracán Iota devastara la isla colombiana de Providencia y dejara sin vivienda a la mayoría de sus 5.000 habitantes, hay incertidumbre por las promesas incumplidas del Gobierno de una reconstrucción rápida y la lenta reactivación económica de este paraíso turístico del Caribe.
El presidente Iván Duque aseguró tras la tragedia la puesta en marcha de un plan de reconstrucción en 100 días, que sin embargo está lejos de completarse este lunes cuando se cumple un año de que este huracán de categoría cinco golpeara la isla, que hace parte del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Pese a ello, el proyecto tiene avances concretos en varios aspectos, como lo es el de vivienda o la reconstrucción del Puente de los Enamorados, un paso peatonal que une a Providencia con Santa Catalina y que quedó totalmente destruido por el huracán de categoría cinco.
Según la Presidencia, el objetivo es reconstruir 1.787 casas en Providencia, de las cuales 877 son reparadas y 910 son nuevas. Hasta el momento, las autoridades han entregado 962, que corresponden al 54 % del total previstas.
"La isla va a estar lista para abrirla (al turismo) en Semana Santa de 2022 (...) Yo creo que en ese momento las posadas van a estar reconstruidas, las que nos hacen falta", expresó la directora del Departamento para la Prosperidad Social y gerente para la reconstrucción de Providencia, Susana Correa.
PREOCUPACIÓN DE LA COMUNIDAD
La población de Providencia es mayoritariamente raizal, una cultura formada durante la Colonia que tiene influencia británica, española y francesa y habla su propio idioma, el creole, que es muy similar al inglés.
Su principal preocupación es que en la isla todavía está operativo el hospital de campaña que fue instalado para atender la emergencia y aún no han comenzado las obras para construir uno nuevo que reemplace el que quedó en ruinas por el huracán.
Justamente por estos días el archipiélago vive sus momentos más duros de la pandemia de la covid-19 con cerca de 200 casos activos, muchos de los cuales están en Providencia donde los pacientes que se agravan no pueden ser atendidos porque no hay infraestructura para hacerlo.
Jennifer Bowie, vicepresidenta de la comunidad raizal de Providencia, aseguró a Efe que en los últimos días murieron tres personas por covid-19 y que los médicos, muchos de los cuales viven en carpas, trabajan "en condiciones precarias".
"Todavía el hospital se encuentra en carpas, estamos con un hospital de campaña. Imagínese esto enfrentando casos de covid-19, para intubar personas. Además tenemos más de 1.000 personas que están de afuera (quienes trabajan en la reconstrucción). En este momento, esa es la situación más grave que enfrentamos", afirmó.
Otra de las dificultades que ha tenido el proyecto, según Bowie, es la logística, pues los materiales se han subido de precio y algunos pueden tardar semanas en ser llevados a la isla, ubicada a 775 km de la Colombia continental.
"La parte de la traída de los materiales es completamente difícil porque hablamos de toneladas de tierra, arena, cemento, láminas, tuberías. Para traer, por la distancia, tienen que contar con el tiempo, los barcos. Esa parte ha sido la más dura de todo el proceso de reconstrucción", señaló.
TURISMO PARA SEMANA SANTA
El alcalde de Providencia, Jorge Norberto Gari, anunció la semana pasada que está previsto que la isla sea reabierta para el turismo en Semana Santa, es decir en cinco meses.
Según el Gobierno Nacional, de los 152 establecimientos turísticos de Providencia, 28 que tenían afectación leve están reconstruidos, mientras que 48 con afectación media y 76 con afectación alta cuentan con un 45 % de avance.
Correa afirmó que esperan que para esa fecha ya estén reconstruidas todas las viviendas de la isla, así como abiertos todos los comercios para recibir a los turistas.
Bowie, que lamentó que todo el proceso de reactivación turística vaya tan lento, aseguró que la población que vivía de este sector ha tenido que dedicarse al rebusque.
"Para trabajar, los lancheros, los guías, han tenido que rebuscar, trabajar en lo que les salga para poder subsistir. Los que más han sufrido este proceso han sido los que trabajan en la parte turística", advirtió.
Los habitantes de Providencia mantienen la esperanza de poder volver lo más pronto posible a la normalidad y que todo mejore, aunque, como dice Bowie, "con el paso del tiempo salgan otras prioridades" para el Gobierno Nacional.
"El proceso de reconstrucción sigue siendo muy lento", concluyó.
Jorge Gil Ángel