La Haya, 23 mar (EFE).- El liberal Mark Rutte no descarta una coalición con un pequeño partido de ultraderecha, una sugerencia que ha creado el primer roce en las negociaciones de la futura coalición de gobierno en Países Bajos con los progresistas (D66), que continúan este martes en una reunión con los líderes de los nueve partidos más pequeños.
La senadora liberal Annemarie Jorritsma y la ministra de Interior en funciones, la progresista Kajsa Ollongren, mantendrán a lo largo de este martes nueve reuniones diferentes con los líderes parlamentarios de diferentes grupos, entre ellos Laurens Dassen, del proeuropeo VOLT; Gert-Jan Segers (Unión Cristiana); y Joost Eerdmans, de la ultraderecha JA21.
Después de un encuentro con ambas "exploradoras" (como se las conoce en Países Bajos, al estar encargadas de explorar el terreno para determinar quiénes son los futuros socios del gobierno), Rutte sugirió explícitamente la posibilidad de una coalición con JA21, un partido que se originó como escisión de Foro para la Democracia (FvD), la ultraderecha de Thierry Baudet.
Este populista protagonizó el año pasado fuertes tensiones internas con dos de sus socios, Joost Eerdmans y Annabel Nanninga (fundadores de JA21), ambos muy críticos con la suave respuesta del partido a unos mensajes filtrados a la prensa en los que se veía cómo miembros de la sección juvenil, e incluso el propio Baudet, escribieron afirmaciones antisemitas, racistas y homófobas.
Una coalición entre los liberales de derechas (VVD) y de izquierdas (D66), junto a los demócratas cristianos (CDA) -los tres socios de la actual coalición y una de las opciones más defendidas hasta ahora- y JA21 le podría proporcionar al futuro gobierno una mayoría suficiente en el Parlamento neerlandés, pero sobre todo, también en el Senado, debido la presencia en esa cámara de la ultraderecha.
"Por esto tenemos que analizar seriamente a JA21. De todos modos, no sabemos nada de ese partido, así que tenemos que ver qué es exactamente lo que representan", dijo Rutte, sobre un nuevo grupo parlamentario que defiende ideas incompatibles con D66 y que quiere, por ejemplo, sacar a Países Bajos de la eurozona y cerrar las fronteras a la inmigración.
Tras las elecciones generales del pasado miércoles en Países Bajos, los 150 asientos del Parlamento neerlandés se dividieron entre 17 partidos políticos, un récord histórico, aunque los liberales de Rutte fueron los ganadores, y se quedaron con 34 escaños, uno más que los logrados en 2017, seguidos por los progresistas de Sigrid Kaag, que alcanzaron 24 escaños.
Estos resultados hacen que el VVD y D66 tengan el mayor peso en las negociaciones de la futura coalición, pero no alcanzan la mayoría suficiente para gobernar juntos, por lo que necesitarán el apoyo de otros dos o tres partidos más para poder sacar adelante un gobierno.