Trípoli, 6 abr (EFE).- El nuevo Gobierno Nacional de Unidad (GNU), que debe conducir y estabilizar Libia hasta las elecciones de diciembre, calcula en cerca de 450.000 millones de dólares el coste de la reconstrucción del país tras diez años de guerra civil, una oportunidad a cinco años que desea abrir a multinacionales y empresas extranjeras de todo el mundo.
Así lo explicó hoy a Efe el embajador español en el país norteafricano, Javier García-Larache, quien asegura que las nuevas autoridades observan a España como unos de los socio más confiables porque valoran el papel neutral que ha desempeñado durante esta década de conflicto.
García-Larache concluyó la madrugada de este martes una reunión con el nuevo primer ministro libio, Abdel Hamid Dbaibah, con la que puso fin a una actividad diplomática que le ha llevado a reunirse también con el jefe del Consejo Presidencial, Mohamad al Menfi, sus vicepresidentes y ministros tanto en Trípoli como en Bengasi, capital del este del país.
"En todas las reuniones nos han transmitido la confianza en España y animado a que las empresas españolas viajen a Libia para participar en la reconstrucción. Valoran España por su neutralidad pero también por la fiabilidad de empresas como Repsol, presente en el país desde hace años con un papel importante", afirmó.
ENERGÍA, TRANSPORTES, CONTRUCCIÓN Y SANIDAD
Según el diplomático, que vive a caballo entre Trípoli y Túnez, donde permanecen todavía la mayor parte de los embajadores europeos y americanos, además de insistir en la urgencia de reabrir la embajada para facilitar el intercambio, el primer ministro ofreció oportunidades empresariales en sectores como la energía, comunicaciones, construcción y sanidad.
"Este último nos ha sorprendido mucho porque no suele ser habitual, pero se explorarán las opciones" para la construcción de hospitales, gestión y formación de personal.
Igualmente existen oportunidades para las grandes multinacionales españolas de la construcción, sobre todo en el sector de la rehabilitación de infraestructuras críticas donde estas empresas "tienen muchas opciones de lograr grandes contratos", aseguró Dbaibah.
El propio primer ministro gestó su fortuna en la construcción en tiempos de la dictadura de Muamar al Gadafi -derrocado en 2011- y colaboró ya entonces con compañías como la empañola Sacyr.
MÁS DE 20.000 MILLONES PARA INFRAESTRUCTURAS
A las infraestructuras críticas, como el agua corriente, la electricidad o las telecomunicaciones -prioritarias para el nuevo Gobierno y esenciales para garantizar la transición- Libia también necesita apoyo para reconstruir edificios, puentes, carreteras, puertos, aeropuertos o relanzar sectores como el turismo, destruidos tras dos años de revolución y ocho de guerra civil.
Según el presupuesto aprobado por el GNU el pasado marzo, cerca de 16.000 millones de dolares se destinarán al desarrollo y la reconstrucción de infraestructuras un país desértico con apenas 8 millones de habitantes que cimienta su economía en la exportación de petróleo y gas, con cerca de 1,4 millones de barriles de crudo diarios.
Otros 7.000 millones de dólares -de los cerca de 9.000 millones que se han descongelado tras la reunificación- los destinará la Compañía Nacional de Petróleo libia (NOC) a la rehabilitación, modernización de plantas y de transportes, y seguridad del sector petrolero.
GRAN COMPETENCIA
El GNU se formó el pasado mes de marzo, tras año y medio de combates, a través del llamado Foro para el Dialogo Político para la Libia, un organismo no electo creado "ad hoc" por la ONU.
Desde entonces, ya han visitado el país los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Italia y Alemania en un intento por reducir la influencia de Rusia y Turquía, los dos Estados más influyentes tanto en el ámbito militar como económico.
Hoy está previsto que aterrice el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis y que mañana lo haga su homólogo italiano, Mario Draghi, ambos con el objeto de reabrir las embajadas e impulsar la presencia de sus empresas en una reconstrucción multimillonaria.