Rangún (Birmania), 13 feb (EFE).- Los birmanos volvieron a salir este sábado, cuando se cumple una semana del inicio de las protestas callejeras contra el golpe militar, para pedir el retorno de la democracia mientras siguen aumentando las detenciones.
"Respetad nuestro voto" o "liberad a nuestros líderes" eran frases que podían leerse en algunas de las pancartas que llevaban los manifestantes concentrados en Rangún, con otras protestas antijunta militar en distintas partes del país a pesar de la prohibición por parte de los uniformados.
En Rangún, la ciudad más poblada de Birmania (Myanmar), los manifestantes se reunieron frente a la estatua de Aung San, el héroe de la independencia del que hoy se celebra el aniversario de su nacimiento.
Aung San también es el padre de la nobel de la paz y líder depuesta del país, Aung San Suu Kyi, de quien no se tienen noticias desde que fue puesta bajo arresto domiciliario en Naipyidó, la capital, el día del golpe, el pasado 1 de febrero.
Muchos manifestantes levantan tres dedos, el gesto de la saga "Los juegos del hambre" que se convirtió primero en un símbolo de protesta en Tailandia y ahora en Birmania, donde la oposición al golpe comenzó con caceroladas y desobediencia civil.
El movimiento contra la junta militar continúa a pesar de las cargas policiales con cañones de agua, gases lacrimógenos y balas de goma y reales, que han causado varios heridos en los últimos días.
Una joven de 19 años lucha por su vida desde el martes pasado tras recibir un disparo en la cabeza efectuado por la Policía durante una manifestación en la capital birmana.
Al menos 326 personas, incluida la mayoría del Gobierno, políticos y activistas, han sido detenidos en las últimas dos semanas, aunque 23 han sido liberadas después, según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP).
Muchos son detenidos sin cargos o con acusaciones ambiguas como la propia Suu Kyi, a quien se atribuye la importación ilegal de un equipo de telefonía.
Las autoridades aprovechan la noche para practicar las detenciones, por lo que grupos de vecinos han comenzado a patrullar por algunos barrios donde golpean sartenes y cacerolas para advertir cuando los soldados o la policía se llevan a personas.
MOVILIZACIONES EN LAS REDES SOCIALES
Las movilizaciones también se llevan a cabo en las redes sociales, a pesar de la orden de la junta militar de bloquear Facebook y Twitter, lo que muchos están sorteando gracias a programas VPN, que permiten acceder a internet a través de servidores fuera del país.
El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas adoptó el viernes una resolución para pedir la liberación de Suu Kyi, pero la división en el organismo impidió una condena firme del golpe por la reticencia de miembros como China, Rusia y Venezuela.
El Gobierno militar, encabezado el general Min Aung Hlaing, justifica la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que la Liga Nacional para la Democracia, el partido liderado por Suu Kyi, arrasó, como ya hizo en 2015.