Redacción Internacional, 6 feb (EFE).- Un "número importante de estadounidenses cree que los asaltantes", del Capitolio de Washington 6 de enero, "estaban sosteniendo los valores inherentes" en la bandera de Estados Unidos, que muchos de ellos portaban, afirma en entrevista con Efe el periodista británico Tim Marshall.
Ese día, una turba de ultraderechistas partidarios del aún entonces presidente Donald Trump irrumpió en el Capitolio y obligó a suspender la sesión que el Congreso de los Estados Unidos estaba celebrando para proclamar oficialmente al demócrata Joe Biden ganador de las elecciones presidenciales del 3 noviembre de 2020.
Trump calificó sin pruebas de fraudulento el resultado de los comicios, lo que generó una gran tensión en Estados Unidos, que culminó con el asalto al Capitolio, algo insólito en la historia de este país, y en el que murieron cuatro personas.
En entrevista con Efe, Marshall, que acaba de publicar la edición en español de su libro "El poder de las banderas. Historia y significado de nuestros símbolos" (Península), puntualiza, sin embargo, que "la mayoría de la gente se quedó muy impactada por la violencia" con que se produjo el asalto al Capitolio y "el uso desafortunado que se hizo de la bandera".
En su libro, Marshall afirma que "las banderas tienen mucho que ver con nuestras tendencias tribales tradicionales y la idea de identidad: la idea de 'nosotros contra ellos'".
Una bandera "debe agIutinar los valores de la nación y, si esta es multiétnica, debe ser un símbolo inclusivo", destaca.
Esto puede ser objeto de no pocas discusiones, porque, por ejemplo, la bandera de Estados Unidos, con las 13 barras y las 50 estrellas, simboliza, por un lado, "el camino, la lucha hacia la independencia, y no contiene ningún símbolo político o religioso" que pueda ser excluyente.
Por el contrario, la bandera iraquí, que luce los colores rojo, blanco, negro, lleva inserta en verde -el color del islam- la frase "Alahu Akbar" ("Dios es grande"), uno de los lemas básicos musulmanes, lo cual podría resultar excluyente para la comunidad cristiana de Irak.
Con respecto al "Brexit" y a cómo este (además de otros factores) puede haber debilitado a la Unión Europea (UE) Marshall reflexiona sobre la cercanía o el distanciamiento que los ciudadanos comunitarios tienen sobre esta, como entidad, y sobre su bandera, como símbolo.
"Es un fracaso de la UE no haber inculcado en la mayoría de los ciudadanos un fuerte sentimiento de vinculación con su bandera", señala.
A juicio de Marshall, "después de siete décadas de promover el concepto de 'una Unión cada vez más estrecha', que ha llevado a Europa a una estructura de tipo federal, esto, sin embargo, no ha sido suficiente en el plano emocional".
En Europa, destaca Marshall, "sigue habiendo más gente que lucharía por su país, que aquellos que saltarían de las trincheras y se lanzarían contra las ametralladoras enemigas al grito de '¡Por la UE y por Beethoven!'", en alusión al himno de la UE, la "Oda a la Alegría", compuesta por Ludwig Van Beethoven con letra del poeta alemán Friedrich Schiller.
Marshall afirma que la crisis causada por la pandemia de coronavirus no ha hecho más que aumentar la brecha en Europa entre los ciudadanos y las instituciones.
"Aun no ha alcanzado su pico esta tensión, esta batalla por conquistar el corazón y la mente de los europeos. Sería un pensamiento voluntarista y bienintencionado -en el mejor de los casoso un síntoma de complacencia- y en el peor pensar que el crecimiento de los extremismos en el continente europeo ha llegado ya a su punto máximo", destaca el periodista británico.
En el Reino Unido la tensión generada por el Brexit se puede materializar de alguna manera en las banderas británica y escocesa, considerada esta como un símbolo de apoyo a la permanencia en la UE, pero no del Reino Unido, sino -y tan solo- de Escocia, lo que entronca con un debate interno, el de la eventual independencia de esta región.
Marshall afirma que "es cierto que la bandera escocesa se puede interpretar como un argumento antibrexit, pero la cuestión es mucho más complicada."
"Los nacionalistas escoceses hacen un uso muy inteligente de la bandera de Escocia al colocarla al lado de la de la UE, pero su prioridad no es la UE, sino romper con el Reino Unido", destaca.
En este sentido, Marshall afirma que en el independentista Partido Nacionalista Escocés (SNP, mayoritario en Escocia) conviven posturas dispares sobre la UE, pero sus dirigentes "saben que una clara mayoría de escoceses votó por permanecer" en ella en el referéndum sobre el Brexit de junio de 2016, y "por eso esperan conseguir más apoyos apelando no solo a quienes quieren abandonar el Reino Unido sino también a quienes desean volver a la UE".
"Sospecho que es inevitable un segundo referéndum sobre la independencia de Escocia y, como inglés, aceptaría que una parte de mi país se desgajara de este, si esa es la voluntad democráticamente expresada por la mayoría. A fin de cuentas -recalca- la bandera británica representa muchas cosas y una de ellas es la democracia."
por Fernando Prieto