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Protestas en el centro de Asunción y silencio en el Palacio presidencial

por EFE (editor@lamegamedia.com)


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Asunción, 23 mar (EFE).- Alrededor de un millar de miembros de organizaciones campesinas exigieron este martes en Asunción la renuncia de Mario Abdo Benítez, protesta que contrasta con el bajo perfil público del mandatario, quien no se dirige a la ciudadanía desde que hace dos semanas y media anunciara cambios de gabinete para apaciguar el descontento social.

Desde entonces el presidente, del conservador Partido Colorado, ha sorteado un intento de juicio político por mal desempeño de sus funciones en el marco de la pandemia y bajo el eco de unas manifestaciones reactivadas hoy por la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas e Indígenas.

El "silencio" de Abdo Benítez, que ya ha sido destacado en las redes sociales y convertido en tendencia, parece sintonizar con su agenda, hasta el seis de marzo caracterizada por las inauguraciones de obras públicas y otros eventos institucionales y ahora centrada en el Palacio de Gobierno y en la residencia presidencial.

Una "retirada" pública que desde su entorno atribuyen a una completa dedicación a la consecución de partidas masivas de vacunas, que hasta hoy solo proveen al personal de salud.

MENSAJE DIFERIDO

El retraso de las vacunas al país, unido a las carencias del sistema público de salud, de los más atrasados de Suramérica y desnudado por el aumento de casos de covid, fueron algunos de los factores que originaron las protestas contra el presidente y contra el Partido Colorado, hegemónico en el país por décadas.

La primera de ellas, la del 5 de marzo, fue la que provocó al día siguiente su última comparecencia ante la ciudadanía, aunque se criticó que fuera grabada y emitida por el canal estatal más de 24 horas después.

Un día antes de esa protesta el mandatario había prescindido de Julio Mazzoleni, el ministro de Salud, ante las denuncias del gremio de enfermeros y de familiares de pacientes de covid, que se movilizaron para exponer la carencia de insumos y medicinas en los hospitales.

Con todo, se mantuvo una concentración de ciudadanos convocados a través de las redes sociales que se celebró frente al Congreso con una masiva participación y como lema la renuncia de Abdo Benítez y del vicepresidente, Hugo Velázquez.

La reunión transcurría pacíficamente hasta que fue dispersada por la Policía con balines de goma y gases, según las autoridades como reacción a las agresiones de algunos manifestantes, y el microcentro de Asunción se convirtió en una nocturna batalla campal.

Al día siguiente Abdo Benítez, tras reunirse con referentes del coloradismo, anunciaba en diferido por televisión unos cambios de gabinete, entre ellos el de Educación, que no contuvieron las marchas, que siguieron los demás días.

El testigo fue recogido por la oposición, que la semana pasada intentó que prosperara en la Cámara de Diputados un juicio político por mal desempeño de sus funciones en la gestión de la pandemia.

La iniciativa, extensible al vicepresidente, fue abortada por el oficialismo, mayoría en la Cámara Baja.

Ello con el apoyo del sector colorado que lidera el expresidente Horacio Cartes, fundamental árbitro político y tras ese respaldo con mayor terreno en el Gobierno de Abdo Benítez.

VACUNAS Y PROTESTAS

Tras esa demostración colorada en Diputados, el presidente encara otro test de la ciudadanía, que si bien ha diluido las protestas, ahora han pasado al sector campesino.

Así, un millar de personas respondieron este martes a la convocatoria de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas e Indígenas en una marcha en la que volvió a resonar el "Fuera Marito", como se conoce popularmente al mandatario.

Los participantes, que están acampados en una plaza del centro, anuncian que continuarán esas acciones toda la semana, lo que el jueves coincidirá con la Marcha del Campesinado Pobre que cada 25 de marzo realiza en la capital la Federación Nacional Campesina.

Ello en un panorama de aumento de casos de Covid, con el país atravesando una segunda ola y los centros sanitarios desbordados ante la demanda de unidades respiratorias e intensivas.

Y con la población, de más de siete millones de habitantes, a la espera de unas vacunas que frenen la curva, lo que a la vez supondría un respiro para Abdo Benítez y su posible regreso a la exposición pública.



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