Jerusalén, 6 abr (EFE).- El presidente del Estado de Israel, Reuvén Rivlín, encargó hoy formar gobierno al primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, si bien se mostró bastante pesimista al respecto pues considera que no cree que "ningún candidato tenga posibilidades reales" de hacerlo y romper el bloqueo producto de las elecciones del pasado 23 de marzo.
En una declaración institucional tras hacerle el encargo a Netanyahu (cuyo partido, el derechista Likud fue el más votado en los comicios), Rivlín manifestó que esa decisión "no fue fácil ni ética ni moralmente", dado el juicio por corrupción que afronta actualmente el jefe del Ejecutivo.
A partir de ahora Netanyahu dispone de 28 días -más 14 adicionales que puede solicitar- para recabar el apoyo de al menos 61 de los 120 diputados que forman el Parlamento israelí (Knéset), que quedó constituido hoy.
De hecho, en las consultas previas que Rivlin mantuvo con los dirigentes de los partidos con representación parlamentaria (13 en esta nueva Kneset), pudo constatar que Netanyahu solo tiene el apoyo de 52 legisladores, una cifra a todas luces insuficiente para formar Gobierno, pero superior a la que recibió Yair Lapid, líder del partido centrista Yesh Atid, que consiguió 45.
UNA OPCIÓN DE GOBIERNO SIN NETANYAHU
Los diputados prestaron hoy juramento en una nueva Knéset, totalmente dividida entre el bloque "pro Netahyahu", que integran el propio Likud, los partidos ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá y los ultraderechistas del Partido Religioso Sionista, y el bloque "anti-Netanyahu", del que forman parte Yesh Atid, el Partido Laborista, el izquierdista Meretz, el centrista Azul y Blanco, el derechista Nueva Esperanza, el ultranacionalista Israel es Nuestra Casa y los árabes de la Lista Conjunta.
Otros once diputados, 4 del islamista árabe Raam y 7 del ultranacionalista Yamina, no se han decantado por ninguno de los bloques pero el líder de este último, Naftali Benet, aseguró hoy que luchará por constituir un Gobierno "estable de derechas".
Benet hizo estas declaraciones poco después de que Rivlin encomendara formar gobierno a Netanyahu, pero ese hipotético apoyo tampoco le garantiza la mayoría, dado que el líder de Nueva Esperanza y antiguo "likudnik", Guideón Saar, es favorable a la fórmula del gobierno de derecha pero sin el liderazgo del actual primer ministro, cuya figura, de hecho, perpetúa el bloqueo político que vive el país, por la negativa de los partidos opositores a unirse a un Gobierno de coalición encabezado por él al estar enjuiciado por corrupción.
NUEVA FASE JUICIAL
Hoy tuvo lugar la segunda audiencia de la fase probatoria del juicio, que comenzó ayer, lunes, y que prevé tres sesiones semanales por un período indeterminado de tiempo, a muchas de las cuales tendrá que personarse Netanyahu, como ya ocurrió ayer.
No solo su foto en los juzgados sino los testimonios de los testigos están siendo demoledores para su imagen. Uno de los primeros en declarar explicó con detalle cómo recibió presiones para mejorar la imagen mediática de Netanyahu en detrimento de sus rivales políticos.
Durante las audiencias la Fiscalía acusó duramente al jefe de Gobierno y anticipó que cuenta con abundantes evidencias en los tres casos de corrupción en los que está acusado de fraude, cohecho y abuso de confianza, delitos que podrían suponerle una pena de prisión, si es declarado culpable.
¿ÚLTIMA OPORTUNIDAD?
La pregunta en Israel radica en si Netanyahu recibió hoy la última oportunidad para seguir siendo primer ministro, cargo que ocupa desde 2009 de forma ininterrumpida y también ocupó entre 1996 y 1999.
El mandatario no ha hecho muchas declaraciones desde los comicios del pasado 23 de marzo, pero en su comparecencia de ayer ante el tribunal calificó el juicio que se le sigue como un "intento de golpe de Estado" y una "caza de brujas" en su contra, a la vez que acusó a la Fiscalía de "abuso de autoridad".
Con su futuro en juego, Netanyahu garantizó hoy "todos los esfuerzos posibles" para romper con el "ciclo de elecciones" y pidió para ello poner fin a los "boicots personales", consciente de que su figura está impidiendo terminar con el bloqueo.
"Temo por mi país", confesó hoy, por su parte, el presidente del Estado de Israel al entregarle el mandato.
Laura Fernández Palomo