CINCINNATI, Ohio — En un mundo lleno de desigualdad y eterna lucha por los derechos de todos llega otro junio “Mes del Orgullo”, que –además de llenarnos de colores, lentejuelas y cuero– también permite reflexionar sobre logros y avances, asegurando que todavía queda mucho por hacer.
En Ohio, tenemos “héroes sin capa” que han luchado contra la desigualdad de derechos durante muchos años. En esta oportunidad relataremos la historia de uno de ellos: Ron Clemons.
Durante una entrevista con La Mega Nota para la sección especial “Orgullo LGBTQ+” Clemons confesó que, desde pequeño –siendo un niño queer negro– se enfrentó a la desigualdad viviéndola muy de cerca.
Nacido en los años 50 salió del closet cuando tenía 23. Al decírselo a su mamá, ella le contestó que ya lo sabía, pero no se habló más del tema.
Desde chico apoyaba a su comunidad y conoció en persona a Martin Luther King Jr. porque fue a su iglesia en muchas ocasiones. Su familia es testimonio de la historia.
Recuerda cómo su madre y tía registraron votantes, vio por primera vez gente de la comunidad negra ocupar posiciones donde nunca habían estado y, a finales de los años 60, su madre fue la primera supervisora negra de su compañía.
Ron también vivió muy de cerca la epidemia del VIH.
“Una vez al regreso del trabajo mi compañero de casa me dijo: ‘hay un nuevo cáncer que le da a los gays’. No lo creí, pensé que era gracioso hasta que me enseñó un artículo. Los homofóbicos decían que la comunidad LGBTQ+ lo merecía por vivir en pecado”.
Eran principios de los años 80 –destaca Clemons– y había clínicas como la del Departamento de Salud haciendo pruebas gratis.
“Teníamos que esperar dos largas semanas por los resultados; lo sé porque yo me hice la prueba que afortunadamente salió negativa [y] recuerdo que lloré de emoción pues el estigma del SIDA era fuerte y despiadado. Amigos me llamaban para preguntar si yo estaba bien y no lo tenía, el miedo se respiraba a flor de piel, el número de funerales era impresionante y perdí amigos cercanos”.
Existía un medicamento “AZT” muy caro que la gente no podía pagar. No había suficiente información, en los talleres de educación, muchas personas no querían poner su nombre cuando se registraban, por temor a ser señalados como posibles enfermos de SIDA.
“Una vez mi ex me vio abrazar a un amigo enfermo y se enojó diciéndome que lo ponía en riesgo. Muchas personas –incluyendo doctores– tenían miedo de visitar a los enfermos; fueron humillados y muchos murieron solos. Cuando había alguien positivo era señalado, los diagnosticaban y, por lo general, morían pronto”, recordó.
Ron Clemons lideraba grupos de discusión en la comunidad LGBTQ+ para que la gente aprendiera de esto.
Hoy sigue luchando por los derechos de igualdad, integra varias entidades y grupos como la Comunidad de Cuero de Tri-State. Es voluntario en organizaciones como Caracole y Cincinnati Black Pride.
Ha recibido varios premios y reconocimientos, siendo el último por su carrera como trabajador social otorgado por la ciudad de Cincinnati.