Jerusalén, 28 feb (EFE).- Las celebraciones por la festividad judía de Purim llegaron hoy a su fin en Israel, donde un toque de queda nocturno de tres días no logró evitar las masivas fiestas, que se realizaron en horas de la tarde durante todo el fin de semana.
Si bien las restricciones a la movilidad en horas de la noche lograron limitar la circulación de gente, jóvenes disfrazados inundaron las calles de las principales ciudades del país y miles de ultraortodoxos se concentraron para rezar en distintas sinagogas.
Tras dos días de multitudinarias fiestas, sobre todo en las calles de Tel Aviv, el viernes y el sábado, la celebración se trasladó hoy a Jerusalén, donde Purim se extiende durante un día más.
En Mea Shearim, uno de los principales barrios ultraortodoxos de la Ciudad Santa, la Policía se enfrentó con grandes grupos de fieles en un intento de hacer cumplir las restricciones vigentes, que prohíben reuniones de más de cinco personas en interior y 10 en exterior.
En el barrio de Nachlaot, también en Jerusalén, cientos de jóvenes coparon las calles durante horas, sin respetar las normas de distanciamiento social, incluyendo el uso de mascarillas.
Según medios locales, entre viernes y sábado la Policía interrumpió alrededor de 200 celebraciones de Purim que violaban las restricciones y tan solo en la primera noche de la festividad, el jueves, tramitó 2.500 multas.
Tras el mal recuerdo del año pasado, en el que según oficiales de Sanidad los festejos de Purim fueron uno de los principales disparadores de la primera oleada de coronavirus, las autoridades establecieron un toque de queda nocturno entre jueves y domingo y pidieron a la población que se quedara en sus casas y evitara las celebraciones.
Los festejos de este fin de semana se producen mientras el país avanza en la desescalada de su tercer confinamiento nacional, que duró seis semanas y comenzó a ser flexibilizado el pasado siete de febrero.
Con unos nueve millones de habitantes, Israel ha registrado poco más de 770.000 casos de coronavirus desde el comienzo de la pandemia, de los cuales 40.000 están aún activos. La epidemia ha causado 5.738 muertos.
El país continúa con su rápida campaña de vacunación, con 4.7 millones inoculados ya con la primera dosis de la vacuna de Pfizer y 3.3 millones también con la segunda, algo que los especialistas explican ha contribuido al descenso en las cifras de nuevos contagios durante las últimas semanas.