CINCINNATI, Ohio — Tras casi 10 años de formar el dúo musical The Amador Sisters, las hermanas Dalí Amador y Maillelis Martínez continúan cautivando con sus ritmos cubanos y herencia musical en establecimientos locales como La Hacienda en Over-the-Rhine y Blaze en Newport, Kentucky.
Provienen de una familia de artistas, una donde la abuela era cantante, padres que muchas veces tenían ese deseo de escuchar música y bailar, y cuyo hermano menor es bailarín clásico.
En Cincinnati, The Amador Sisters, son una institución latina.
“Me enamoré de la música cubana tradicional desde muy pequeña”, recuerda Dalí. “Desde que Maillelis trajo información de música global a casa, empecé a enamorarme más, como de la música brasileña y el jazz americano. Eso empezó a influir a donde iría mi música ya de grande”.
Y es gracias al amor por la música y al apoyo de sus padres que las hermanas se entrenaron clásicamente.
“En Cuba, todos teníamos una inclinación por el arte en general”, comenta Maillelis. “Mis padres me impulsaron a estudiar música. Tuve que hacer una prueba de aptitud que se realiza en Cuba para saber si se puede estudiar alguna rama del arte, sea música, ballet o artes plásticas, pero siempre guiada por nuestros padres”.
Aunque trabajaron juntas en algunos proyectos en Cuba, no fue hasta 2014 –cuando Dalí llegó a Cincinnati– que formaron el dúo.
Maillelis llegó primero a Cincinnati en 2013. Hizo algunas cosas sola, pero siempre con la intención de que su hermana viniera para formar un dúo.
En The Amador Sisters, Dalí es la voz líder y violinista. Maillelis hace voces, toca la guitarra y el similar tres cubano, un instrumento típico de la isla que consiste en tres sets de cuerdas dobles, generalmente de acero.
Ahora, a casi diez años desde que se unieron, planean sacar un disco que han trabajado durante algún tiempo, pero que la pandemia retrasó.
Mientras tanto, The Amador Sisters continuarán brindando alegría a sus seguidores a través de su música, agradeciendo a todos por el apoyo que han recibido.
“No hay manera de hacer lo que hacemos sin tiempo, y ese apoyo que tenemos de todos hace comprar tiempo para que nosotras hagamos lo que amamos”, expresa Dalí.
“Es muy difícil después de trabajar un horario de 8-10 horas salir con mis tacones y mi guitarra, pero cuando llego a ese lugar y veo a la gente que nos espera, que vienen y me dicen ‘me has cambiado la energía esta noche por la alegría que nos has traído’, eso para mí es suficiente. Me llena completamente; gracias a todos”, concluye Maillelis.
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FOTOS: (Cortesía/The Amador Sisters)
