CLEVELAND, Ohio — Rodrigo Lara Alonso es mexicano de nacimiento, aunque ha hecho de la música su diáspora.
Es profesor de esta disciplina artística en Cleveland y comparte las vicisitudes de un campo competitivo con los bemoles de ser latino.
“Vine a Estados Unidos a estudiar en 2014 porque en México no encontraba oportunidades laborales. No pude estudiar inglés en México por falta de recursos económicos y al llegar a Estados Unidos fue comenzar de cero”.
Lleno de orgullo latino describe sus logros en Cleveland.
“Me he asumido latino desde hace muchos años y siento un vínculo muy estrecho con esa identidad mayor, más que con la de mi país. Tocar la guitarra y ser latino me dio la oportunidad de venir a Cleveland a trabajar con gente latina con un instrumento que nos identifique, lo cual es maravilloso”.
¿Debe juzgarse la música por el idioma?
“He comprobado que la idea de que una persona no sabe música si no sabe leer notas, es una percepción errónea. Eso pasa también con los instrumentos, es decir, quizá se perciba que algunos instrumentos pudieran tener mayor prestigio que otros. La música no debe juzgarse por el género, ni por el instrumento con el que se ejecute”.
Sus primeros pasos
Asegura que el inicio de su carrera provino de un aprendizaje propio matizado por acontecimientos personales, no de la clásica “inspiración”.
Explica que, a pesar de tener en casa a un experto, el talento empezó a brotar después de pedirle a su padre lecciones de guitarra.
“Mi afición nació en todos lados: en la casa, en la calle, en la escuela...No fui uno de esos niños incentivado a tocar un instrumento desde los tres años. A pesar de que en casa veía cotidianamente a mi papá tocando la guitarra y cantando, él no me enseñó hasta que yo le pregunté cómo tocar una canción”.
Y recuerda que antes de la guitarra clásica le tomó un poco de gusto a la eléctrica.
“A mí siempre me gustó cantar y encontraba muy divertido tocar y cantar al mismo tiempo. Quizá eso desarrolló –años después– esa inquietud por la música que tocaba y cantaba mi papá, que incluía boleros, rancheras y varios géneros latinoamericanos en los que siempre hay mucha guitarra”.
Pasó a la trova por unos años y en sus veintes consideró estudiar música como carrera.
Rodrigo se ha mudado a Cleveland recientemente debido a su trabajo con la Cleveland Classical Guitar Society, una organización no gubernamental que lleva clases de guitarra a niños y niñas de las escuelas públicas de Cleveland.
La nota perfecta
“La mayor parte de mi interacción con los padres es en español y los niños eventualmente me hablan también en español. Queremos enseñarles un poco de su cultura a través de la música. Por ejemplo, canciones como ‘En mi viejo San Juan’ del puertorriqueño Noel Estrada o ‘Cielito lindo’ del mexicano Quirino Mendoza y Cortés, por mencionar sólo dos ejemplos”.