La Unión Europea (UE) se encamina a impedir la entrada de estadounidenses a su bloque internacional, una sorpresiva medida en momentos cuando estos países vuelvan a abrir sus fronteras al turismo, tras haber restringido viajes no esenciales en la mayoría de sus estados miembros, hasta el 30 de junio.
Pero a partir del 1 de julio de 2020, los países europeos están flexibilizando algunas de sus medidas contra la propagación del COVID-19, permitiendo viajar nuevamente desde más de diez países, incluyendo China. Beijing también permitirá a visitantes de la UE.
Europa fue durante un tiempo el epicentro de la crisis causada por el coronavirus, con Italia, España y Francia siendo algunas de las regiones más afectadas.
Medidas agresivas de cierre redujeron los casos, y muchas naciones europeas han logrado reabrir lentamente.
Y aunque se han registrado picos en todo el continente, en general, los casos de Europa han disminuido.
Hace tiempo que EE.UU. superó a la UE como el epicentro de la crisis.
Ahora, el territorio estadounidense está experimentando un aumento masivo de casos en algunos estados.
Hasta el viernes 26 de junio de 2020 se confirmaron más de 2.4 millones de casos, registrando más de 124,000 muertes, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Ese mismo día, Estados Unidos confirmó un récord de 40,000 nuevos casos de coronavirus en todo el país
La política de restricción ha causado confusión en referencia a quiénes podrían o no regresar a Estados Unidos, generando caos en aeropuertos por las aglomeraciones.
Según el diario New York Times, que informó por primera vez sobre la posibilidad de una prohibición de visitantes estadounidenses a finales de junio, las restricciones de viaje se reevaluarán cada dos semanas de acuerdo a criterios científicos y epidemiológicos especializados.
