Un juez federal desestimó este martes una solicitud de bancarrota de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) de Estados Unidos y apuntó que la petición fue presentada "de mala fe" para evitar una demanda contra la organización por parte de la Fiscalía General de Nueva York, que pidió su disolución por malversación de fondos benéficos.
La decisión del juez Harlin Hale, del distrito norte de Texas, se produce después de un mes de juicio en el que los abogados de la NRA argumentaban que su caso de bancarrota debía tener lugar en ese estado, algo a lo que se opuso públicamente la fiscal general de Nueva York, Letitia James, que hoy logró una importante victoria.
James apuntó que la decisión de la NRA de presentar una petición de bancarrota en Texas y luego volver a instituirse en ese estado era un intento de esta organización de tratar de esquivar la acción legal iniciada en Nueva York, donde está siendo investigada por corrupción.
"La corte decide que hay motivos para desestimar este caso de bancarrota por no haberse presentado de buena fe porque se presentó para hacerse con una ventaja injusta en una demanda y porque se presentó para evitar un plan regulador estatal", concretó en su decisión el juez Hale, con lo que se muestra de acuerdo con la fiscal general neoyorquina.
James, por su parte, se pronunció en las redes sociales sobre el dictamen: "La decisión de hoy reafirma que la NRA no puede dictar si responde a sus acciones ni cuándo, y nuestro caso continuará en una corte de Nueva York. Nadie está por encima de la ley".
Aunque la sede central de la NRA está en la localidad de Fairfax (Virginia), se constituyó en el estado de Nueva York poco después de la Guerra de Secesión estadounidense, por lo que se rige bajo la autoridad regulatoria neoyorquina. .
En enero, la NRA presentó una declaración de bancarrota como parte de su petición de reinstituirse en Texas, una acción que se produjo cinco meses después de que la oficina de James presentara un caso con el que pretende disolver la organización por la gestión fraudulenta de sus directivos, a quienes acusa de desviar millones de dólares para uso personal.
La demanda fue resultado de una investigación abierta en 2019 y puede poner contra las cuerdas a una organización con más de 5 millones de miembros y un gran poder, pero que atraviesa actualmente importantes problemas financieros y luchas internas.
"La influencia de la NRA ha sido tan poderosa que ha impedido que nuestra nación tome medidas contra la violencia armada. Pero ha estado abusando de su poder y, bajo la apariencia, la NRA está podrida con el fraude y el abuso", denunció el pasado mes de agosto James.
En su demanda, la fiscal general describió una cultura de mala administración y supervisión negligente ilegal, opresiva y fraudulenta dentro de la organización, especialmente por parte de cuatro de sus principales responsables a quienes acusa de llenarse los bolsillos durante años.
Entre ellos figura el jefe de la NRA, Wayne LaPierre, que lleva desde 1991 al frente de la entidad y que ha sido uno de las grandes voces en defensa de las armas de fuego en Estados Unidos durante las últimas décadas.
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