AGUADA, Puerto Rico — El territorio isleño recordó el tercer aniversario luctuoso del devastador paso del huracán María, que dejó miles de víctimas y cuantiosos daños materiales.
En años recientes, una serie de eventos relacionados a Puerto Rico han convertido al pequeño archipiélago caribeño en un moderno tema de conversación por ser eje de un dilema político en una disputa bipartidista en el Congreso, concerniente a la relación del territorio con la unión de los estados americanos.
Mientras líderes políticos, tanto en San Juan como en Washington, todavía discuten sobre la reconstrucción de Puerto Rico –considerando la asignación, distribución adecuada y equitativa de los fondos asignados por el gobierno federal– la vida en las calles y barrios no se detuvo.
El pueblo puertorriqueño no olvida cómo tras la tormenta, miles de personas esperaron por una ayuda de agua y comida que nunca llegó.
En conmemoración de aquel fatídico evento que sacudió el alma de la Isla de Borken, y de las 4,645 vidas que María le arrebató, La Mega Nota visitó Barrio Espinar, una comunidad en el noroeste de Puerto Rico, por donde se dice salió María tras su paso hace tres años.
Esfuerzo comunitario
La infraestructura en general se encuentra deteriorada, postes de alumbrado y cubierta eléctrica en condiciones paupérrimas, casas abandonadas por quienes migraron, comercios cerrados y escombros que nunca fueron removidos.
Dentro de la insolación isleña, despoblada por el repentino éxodo migratorio, con un gobierno local en bancarrota y la inadecuada respuesta federal, quienes se quedaron en su patria, se vieron en la obligación de levantarse por sí mismos, creando modelos económicos orgánicamente cooperativos, que abrieron el paso a una economía centrada en la comunidad.
El panorama en Puerto Rico no parece ya ser el de un país triste y desolado.
Las imágenes muestran a un pueblo que emerge de su propia esperanza, habiendo pasado a un futuro con un entorno transformador, holístico y enfocado en la autosostenibilidad.
Daños irreparables
Jennifer Storipan, directora ejecutiva de la Administración de Asuntos Federales de Puerto Rico (PRFAA, por sus siglas en inglés), catalogó dichos daños como irreparables.
“La recuperación de Puerto Rico es un proceso en marcha y aún hay mucho por hacer para asegurarse que la isla pueda recuperarse completamente y ser más resiliente ante desastres naturales futuros”, señaló Storipan en un comunicado.
Sin embargo, también ha destacado como el espíritu de los puertorriqueños es “un testamento para la fuerza y bravura de esa pequeña isla en el medio del océano”.
Fue un 20 de septiembre de 2017 cuando Puerto Rico experimentó lo que se considera el desastre natural más mortal en su historia.
Un estudio de la Universidad de Harvard, publicado en el New England Journal of Medicine, estimó el total de muertes a consecuencia directa de la tormenta, en 4,645.
Los números contrastan fuertemente con las cifras oficiales reportadas originalmente por las autoridades estatales y locales, de 64 muertes.
Aparte de los daños materiales e irreparables pérdidas humanas, el país experimentó un fenómeno de emigración nunca visto.
De acuerdo a un estudio realizado por el Centro de Estudios Puertorriqueños de CUNY, entre 2017 y 2019, 470, 335 residentes abandonaron la Isla del Encanto, lo que representó el 14% de la población.
Quienes se quedaron, sufrieron inconvenientes como la falta de electricidad por casi un año.
Fondos económicos
Las pérdidas económicas relacionadas al desastre se estiman en unos $90 billones —el tercer huracán más costoso en la historia de los Estados Unidos.
El gobierno federal ha designado cerca de $50 billones para ayudar a la recuperación de la isla. No obstante, la mayoría del dinero –específicamente destinado a programas de vivienda e infraestructura– no llegó a las comunidades que lo necesitaban.
De acuerdo con la Oficina de Recuperación, Reconstrucción y Resiliencia, Puerto Rico solamente ha administrado $16.7 billones.
El gobierno de Donald Trump ha dicho que la Agencia Federal de Administración de Emergencias otorgará casi $13 billones para apoyar la reconstrucción del panel eléctrico de Puerto Rico y el sistema educativo en los próximos siete a nueve años.
Ese fondo fue aprobado por el Congreso en el año 2018, pero no fue hasta recientemente que la Casa Blanca lo puso a disposición de la administración estatal; dos años después y a solo semanas de las elecciones presidenciales.
Peter Brown, designado por la Casa Blanca como representante especial para la recuperación de Puerto Rico este año, dijo que los esfuerzos ya vienen procesándose desde hace meses, y que no tienen relación política con las elecciones.
“El desarrollo de este estimado ha sido un proceso enorme, y nuestro objetivo fue siempre publicar este anuncio lo más pronto posible. Hemos estado, literalmente, trabajándolo por meses”.
El Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano había aprobado previamente $20 billones para la reconstrucción de la isla, una cantidad sin precedentes.
La agencia dilató el desembolso de la ayuda el año pasado, para imponer más requisitos sobre cómo Puerto Rico podría acceder a los fondos, alegando casos de corrupción y malos manejos económicos.