PITTSBURGH, Pensilvania — La Universidad de Pittsburgh y las autoridades municipales se unieron a una demanda que desafió al ICE antes de que la misma administración Trump dejara sin efecto la decisión de cancelar visas a estudiantes extranjeros que atendieran clases virtuales/remotas.
A la demanda –presentada originalmente por la Universidad de Harvard y MIT en Boston, Massachusetts– se le había agregado más de 200 universidades de toda la nación, incluyendo la renombrada Carnegie Mellon, en Oakland.
A mediados de julio, el fiscal general de Pensilvania, Josh Shapiro, presentó una demanda adicional, junto con otros 20 fiscales generales de los 40 estados, en un intento de detener la medida.
En una declaración escrita, Shapiro criticó a la secretaria de Educación, Betsy DeVos.
“El intento de Betsy Devos de aprovechar una pandemia internacional para impulsar una agenda cínica y partidista que amenaza la salud y la seguridad de los jóvenes que desean seguir una educación, es cruel, ilegal y pone en riesgo nuestra economía ya frágil”.
La norma –que impuso el gobierno y no demoró muchos días– ignoraba que para una abrumadora cantidad de estudiantes internacionales, el aprendizaje remoto en sus países de origen no es posible.