Buenos Aires, 11 nov (EFE).- Las principales fuerzas políticas de Argentina cerraron este jueves la campaña electoral previa a los comicios legislativos del próximo domingo, culminando una recta final marcada por las crecientes tensiones cambiarias y la inseguridad.
Las dos mayores coaliciones, la oficialista del Frente de Todos y la opositora de Juntos por el Cambio, cerraron sus campañas con sendos actos multitudinarios en la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, con un peso del 37 % en el padrón nacional.
En las primarias de septiembre, que sirvieron para elegir a los candidatos a diputados y senadores y están consideradas como una gran encuesta a nivel nacional, Juntos por el Cambio obtuvo más del 40 % de los votos en todo el país, mientras que el Frente de Todos cosechó poco más del 30 %.
EL OFICIALISMO DEFIENDE SU GESTIÓN
En esas primarias, la formación oficialista perdió apoyos en prácticamente todos los distritos, incluyendo la provincia de Buenos Aires, su principal bastión electoral y en donde logró un 32,5 % de los sufragios frente al 37,3 % de Juntos por el Cambio.
No obstante, el presidente argentino, Alberto Fernández, defendió este jueves su gestión, puesto que el país "está avanzando" bajo la senda dictada por el Gobierno: más producción nacional y más empleo registrado.
"Vamos a tratar de dar pasos firmes para que ese crecimiento que nosotros vemos llegue a cada argentino y cada argentina. No nos basta de nada que el PBI (producto interior bruto) crezca más de nueve puntos si la vida de los argentinos no mejora", manifestó el mandatario en el cierre de campaña del Frente de Todos, celebrado en la localidad bonaerense de Merlo.
Esa recuperación económica en ciernes y los avances del plan de vacunación fueron los principales hitos que reivindicó el jefe de Estado en su discurso, el cual incluyó numerosas críticas a la oposición.
"Nosotros estábamos sumidos en un país con una deuda impagable, con 23.000 pymes que habían cerrado, sin Ministerio de Salud, sin Ministerio de Trabajo. Ese es el país que nos dejaron los que dicen que ahora van a resolver todos los problemas", subrayó Alberto Fernández.
El jefe de Estado también estuvo acompañado por la expresidenta (2007-2015) y actual vicepresidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, cuya presencia estuvo en duda hasta el último momento por una operación quirúrgica a la que fue sometida la semana pasada.
ESPERANZAS DE LA OPOSICIÓN
La preocupación en el seno del oficialismo por los resultados del domingo contrasta con el optimismo de los candidatos de Juntos por el Cambio, una formación integrada por el PRO -el partido de Macri-, la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica.
"Este 14 de noviembre se discute qué país queremos, si queremos un país con progreso o con estancamiento, si queremos libertad u opresión", manifestó el cabeza de lista de los candidatos a diputados de Juntos por el Cambio por la provincia de Buenos Aires, Diego Santilli, que arrancó su intervención entre gritos de "¡vamos a volver!" de sus seguidores.
El opositor concentró su discurso en la mala situación económica del país suramericano, que registró una inflación interanual del 52,1 % en octubre y atraviesa graves tensiones cambiarias, con un dólar que alcanzó este jueves un nuevo máximo histórico en el mercado informal (206,5 pesos).
"Le pedimos trabajo al Gobierno y nos respondieron con platita, como si pudieran comprar nuestra dignidad", aseveró Santilli, en referencia a las ayudas sociales desplegadas por el Ejecutivo tras su derrota en las primarias.
Otro de los temas abordados por Santilli fue la inseguridad, una cuestión que cobró especial relevancia en el tramo final de campaña por el asesinato a tiros de un kiosquero de 45 años en la provincia de Buenos Aires.
En el cierre de su intervención, el candidato de Juntos por el Cambio hizo énfasis en la necesidad de reformar el código penal, para terminar con los "beneficios" penitenciarios "que hacen que aquellos delincuentes violadores y asesinos no cumplan la condena".
LA INCERTIDUMBRE DEL LUNES
En estas elecciones legislativas se renovarán 127 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados y 24 de las 72 bancas del Senado.
En caso de que se repita el resultado de las primarias, el oficialismo perdería el quórum propio en el Senado y podría reducir su presencia en Diputados hasta prácticamente quedar en igualdad numérica o, incluso por debajo, del bloque de Juntos por el Cambio.
Con todo, la mayor incógnita es qué ocurrirá con la maltrecha economía del país suramericano el próximo 15 de noviembre si se confirma la derrota del oficialismo, una circunstancia que podría precipitar, según algunos analistas, una nueva devaluación de la moneda argentina.