Al inicio de un nuevo año nos encontramos con frecuencia pensando en los propósitos o resoluciones a seguir para tener una mejor vida.
Dentro de esas metas y objetivos no faltan aquellos orientados a mejorar nuestra salud: dejar de fumar, bajar de peso o hacer más ejercicio.
Todos estos proyectos personales con frecuencia se abandonan fácil y rápidamente. Ya para febrero, muchos nos hemos dado por vencidos y los dejamos para el año que viene.
Por otro lado, aquellos que perseveran y logran alcanzar el objetivo propuesto no solo reciben la satisfacción de haber cumplido, sino los beneficios adicionales para la buena salud.
He aquí un propósito o resolución de principio de año que rara vez alguien se ha hecho, y que en realidad no es difícil de cumplir y sí trae todos esos beneficios extras como lo es la salud. Se trata, precisamente, de conservar nuestros valores.
En nuestra cultura latina tenemos valores muy importantes como lo son la familia, las amistades, la música, la comida, además de prácticas saludables en las que rara vez pensamos pero que son definitivamente parte de nuestra identidad latina/hispana.
Con frecuencia en Latinoamérica se comparte la comida con todos los miembros de la familia, sentados alrededor de la mesa.
Es fácil al venir a un nuevo país, y al estar inmerso en nueva cultura, adoptar costumbres como la de no tener tiempo para hacerlo, comer cuando a cada uno le resulte más fácil y sea más rápido, llevarse el plato a la sala para cenar frente al televisor o mientras se atienden tareas en la computadora, siempre a la carrera.
Estudios científicos han demostrado que estas últimas prácticas descritas, se asocian con mayor riesgo de sobrepeso y obesidad.
Los mismos estudios nos muestran que los latinos adolescentes nacidos en los Estados Unidos tienen un mayor riesgo de ser obesos que aquellos latinos adolescentes que nacieron en Latinoamérica y que llegaron a nuestro país tarde en la infancia o en su adolescencia. El comer en familia es un valor que ayuda a evitar problemas de salud y la obesidad.
Otro aspecto importante que con facilidad olvidamos y dejamos atrás son nuestras prácticas alimenticias. La lactancia materna es una de ellas. En Latinoamérica grandes porcentajes de mamás lactan a sus hijos. La leche materna es el mejor regalo que una madre puede dar. Sin embargo, una vez llegan a los Estados Unidos comienzan a lactar menos.
Aquí en el mundo moderno impera la leche de fórmula y las mamás no cuentan con el soporte y apoyo de sus familiares y amigas que tenían en su país de origen. Las segundas y terceras generaciones de mamás latinas amamantan a sus hijos no sólo en porcentajes menores a los de nuestros países, sino en menor proporción que los promedios de las mamás estadounidenses.
Las madres que amamantan a sus hijos tienden a perder el peso del embarazo más rápido, y los niños tienen menos infecciones de oído, diarreas, entre muchos otros beneficios.
Otras prácticas se refieren a los alimentos base de la comida latina: verduras, frutas, arroz, carnes sin grasa. Las comidas rápidas no son parte de nuestra cultura ni de nuestros valores. Cambiamos los jugos exprimidos frescos por jugos preparados de concentrado que tienen muchas calorías y azúcar. Todos sabemos lo perjudiciales que pueden ser las comidas rápidas y el tener una dieta sin frutas y verduras frescas.
Así podría continuar por páginas enumerando y describiendo valores de nuestra cultura que garantizan que quienes vivan en Latinoamérica tengan menores porcentajes de enfermedades cardiovasculares, depresión, hipertensión arterial y obesidad.
En la medida que nos adaptamos a un nuevo país, a una nueva vida con nuevos valores y con muchísimas cosas prácticas que aprender, es importante que no olvidemos aquello que nos enseñaron nuestros padres y abuelos.
Es importante que todo eso complemente con los nuevos valores que vamos ganando y aprendiendo en esta nueva vida porque “conservando nuestros valores [también] aseguramos salud”.
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*“Las comidas rápidas no son parte de nuestra cultura ni de nuestros valores”, asegura el Dr. Diego Chaves-Gnecco. Es importante cocinar en casa alimentos saludables y nutritivos, además de conservar costumbres como sentarse a cenar en familia. (FPK)
