Chapicuy (Uruguay), 3 nov (EFE).- Aunque a priori no haya vínculo alguno entre una plantación de arándanos, una legendaria banda de pop rock y un vagón de tren convertido en taller de artesanías, estos caminos se cruzan en Chapicuy, un pequeño pueblo uruguayo que sueña con ser destino turístico.
Del paisaje verde emergen las casas pintadas de colores y las letras gigantes que anuncian la entrada a una localidad de solo 2.400 habitantes, situada en Paysandú y muy cerca de la también turística y fronteriza Salto, en el noroeste de Uruguay.
LOS SUEÑOS DE CHAPICUY
Así se llega a Chapicuy, pueblo que, como explica a Efe su alcalde, Milton Laurencena, tiene en la actividad agrícola y ganadera su principal motor económico.
Sin embargo, al tiempo que apunta que cuentan con plantaciones de soja, maíz, cebada y trigo, Laurencena revela que la zona esconde otros atributos.
"Nosotros estamos en un punto muy estratégico y turístico del departamento. A 30 kilómetros tenemos las Termas de Daymán, a 20 las Termas de Guaviyú, y enfrente, a 10 kilómetros, el río Uruguay", explica el alcalde, quien remarca que, con esa ubicación, el pueblo debe tener su "polo de desarrollo" en el turismo.
Los desafíos no son pocos, ya que si bien a raíz de la atención que captó Midgold, la productora de arándanos de Chapicuy pionera en el país, que logró exportar a Estados Unidos, la localidad comenzó a celebrar en 2008 la "Fiesta nacional del arándano", este sueño se vino abajo hacia 2015.
Los apuros financieros llevaron a Midgold a cerrar y, desde entonces, la fruticultura del pueblo tiene su foco en otro producto de la zona: la naranja.
"El arándano hoy está funcionando a media máquina y no como antes. (La producción) es casi toda citrícola. Son chacras chicas pero hay mucha cantidad", acota el alcalde, quien celebra que, tras una donación del Gobierno de Japón, la policlínica local cuente con una ambulancia propia, ya que antes esperaban por horas un traslado al hospital más cercano.
ARTESANÍAS, DULCES Y CONSERVAS
Detrás del cartel que da la bienvenida a Chapicuy, una pequeña caseta colorida llama la atención del visitante.
En ella trabaja Micaela Kramer, quien, tras asistir a un curso de manualidades, se alió a un grupo de emprendedoras locales y comenzó a crear las artesanías en madera rústica que vende en su puesto, que, apunta, se construyó reutilizando un vagón de tren en desuso.
El vagón, donde se exhiben marcos, portalápices y pequeñas cajas decoradas, funciona más como taller que como tienda, pero Kramer resalta que el emprendimiento surgido en Chapicuy tiene puestos de venta en las termas aledañas y la Meseta de Artigas, punto de interés histórico para turistas.
"De las piezas por lo general lo que más se vende y más se pide son artesanías de uso práctico, que la gente le pueda dar utilidad, y después está aquella que representa el lugar", apunta sobre sus creaciones, también en yeso o madera con repujado en aluminio.
La artesana destaca, además, que su madre y otras emprendedoras locales elaboran conservas con productos orgánicos: desde pepinillos o zanahorias encurtidas hasta mermeladas de higo, fresa o zapallo que, por ser "naturales y sin conservantes", apelan a cualquier paladar.
LA TIERRA DE LOS IRACUNDOS
Otro de los atractivos que capta el ojo del recién llegado al pueblo, donde pastan caballos sueltos entre las casas, es una fotogalería dedicada a una banda que, según un especialista en su historia, marcó el "furor" musical de los años 70 y 80 en Uruguay y, luego, Latinoamérica.
Según el locutor Julio Baccaro, Los Iracundos, nacidos en Paysandú en 1962 como los "Blue Kings" y rebautizados tras su primer contrato discográfico, fueron pioneros en hacer una mezcla de twist y rock con letras en español y, tras pasarse a un estilo más melódico, tuvieron un "impresionante" éxito popular que se expandió por el mundo.
"En toda América debe haber más de 50 discos de oro y platino que ganó esta banda (...) fue una pegada impresionante", recalca el conductor del programa "Por siempre Iracundos", de Radio Latina FM.
La galería es solo uno de muchos homenajes a los creadores de "Puerto Montt", que, para el director de Turismo de la Intendencia de Paysandú, José Galván, es la "embajadora" de la música de Paysandú en el mundo.
Para Galván, puede ser uno de los atractivos culturales que, de la mano de las populares termas y otros sitios históricos, impulse la reactivación turística en la zona.
"Estamos con más fuerza y energía que nunca, ansiosos de que los visitantes puedan llegar a nuestro departamento luego de la apertura de las fronteras", concluye.
Alejandro Prieto